La crisis barrió primero a los trabajadores más precarios y luego arremetió –y en ello sigue- contra las clases medias. Una premisa que, si no es cierta, poco le queda. En el barrio de Salamanca, la zona más burguesa de la Villa de Madrid, cada día un centenar de personas acude a comer a un centro de día.
El lugar se ubica entre las exclusivas travesías de Francisco Silvela y Ortega y Gasset, por cortesía de la Asociación Puerta de Alcalá. Por un lado, los trabajadores suministran comida, cual banco de alimentos; por otro, hay un comedor social para quien lo necesite.
Además, hay un observatorio socio-económico que estudia los problemas del barrio. “Hay más personas sin recursos de las que parece”, cuenta un trabajador, que señala, además, a la población en edad avanzada como víctima de la crisis.
Choca, por último, ver un comedor en perímetro tan selecto, muy próximo a la milla de oro madrileña.
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