6.802 de los 8.116 municipios que componen el mapa local español tienen menos de 5.000 habitantes. Estas localidades, que agrupan tan solo el 12,75 de la población total del país, están en el centro del huracán desde hace meses. El último debate se produjo esta misma semana en el Congreso de los Diputados, cuando la formación encabezada por Rosa Díez, UPyD, reclamó una supresión en el número de entes locales mediante la fusión de los pequeños, convertidos de pronto en parte del problema de la deuda y del gasto que arrastra nuestro país.
Simultáneamente, desde Galicia, nos llegaba la noticia de que dos municipios coruñeses (Oza dos Rios y Cesuras) habían acordado convertirse en uno solo al objetivo de aunar servicios y costes, abriendo la veda a aquellos que defienden que una población de 47 millones de personas no da para sostener financieramente a esos 8.116 municipios que hay en nuestro país. Pero lo cierto, es que proporcionalmente, los pequeños no son el problema si hay que atenerse a los datos que la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) maneja sobre la deuda viva, no comercial, de los entes locales.
Y es que esos 6.802 municipios de menos de cinco mil vecinos acumulan una deuda financiera que apenas supone en 6 por ciento de la deuda total de los ayuntamientos, que se elevó en el tercer trimestre de 2011 a 36.701 millones de euros, esto es, el 3,4 del PIB. Cabe resaltar que en la mayoría de los casos, los pueblos más pequeños (1.058 localidades de España no llegan a los 100 habitantes y 1.572 no pasan de los 250) no tienen prácticamente que mantener ninguna estructura municipal y no cobran ni el alcalde ni los concejales. Incluso, fusionar ayuntamientos podría llevar a la paradoja de incrementar los gastos, habida cuenta de que habría que remunerar a los representantes electos y abonarles gastos de desplazamiento, gasolina, dietas… Además, en la mayoría de los casos, los servicios, como limpieza o recogida de basuras, se mancomunan con los pueblos del entorno. En el caso de los municipios coruñeres que se van a fusionar, suman, en su caso, cerca de 5.000 habitantes y ya compartían un centro de día y una guardería.
Proporcionalmente, el grueso de la deuda municipal, un 36 por ciento de la misma, lo acumulan los seis municipios de España de más de 500.000 habitantes, esto es, Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Málaga y Zaragoza, donde vive poco más del 16 por ciento de la población, esto es, multiplica casi por seis el procentaje de deuda con respecto a los pequeños. Las ciudades medianas, de entre 100.000 a 500.000 habitantes, la gran mayoría capitales de provincia, suman un 20 por ciento de la deuda financiera, no a proveedores. Son 56 municipios que acogen casi la cuarta parte de la población de nuestro país.
Futuro de las Diputaciones provinciales
El presidente de la FEMP y alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, manifestó recientemente en un desayuno informativo que se habla mucho de si el número de ayuntamientos en España es o no elevado, si las Diputaciones tienen un papel en la España actual; creo sinceramente que no es éste el problema”.
No es de la misma opinión Rosa Díez que defendió el pasado jueves en el Congreso de los Diputados que “tenemos en España una estructura parroquial. Somos el único país europeo que no ha reducido su elevado número de ayuntamientos. Nos ahorraríamos miles de millones”. Las mismas críticas vertió contra las Diputaciones Provinciales que consideró “son la disculpa de algunos municipios que no dan respuesta a sus necesidades”. Su moción fue ampliamente derrotada por un abrumador rechazo de 314 votos en contra y tan solo el apoyo de los cinco diputados que UPyD sienta en la Cámara Baja, aunque es cierto que el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, también propuso en campaña la supresión de las diputaciones provinciales para que se sustituyeran por consejos de alcaldes, bajo el argumento de que se ahorrarían casi 1.000 a las arcas públicas.
En este sentido, Zoido cree que precisamente “la labor y la razón de ser de las Diputaciones” es unificar la prestación de servicios esencialmente para los ayuntamientos pequeños, aunque no se cerró a la posibilidad de abordar “todas las reformas que consideremos necesarias para redefinir su régimen, composición, tamaño y competencias, adelgazando, si fuera preciso, su estructura para hacerla más acorde con las actuales necesidades”. Y es que el PP, contra el criterio del PSOE, se opuso desde el principio a la supresión de las Diputaciones.
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