Las prisas no son buenas, y menos en la lucha conta el terrorismo. El documento definitivo sobre el nuevo programa para la reinserción de presos terroristas hecho público este lunes por el Ministerio del Interior está lleno de errores. El más llamativo es el que asegura que el recluso es el que "otorga el perdón" a la víctima, según se puede leer textualmente en las dos versiones que con espacio de pocas horas hizo público el departamento de Jorge Fernández Díaz. El texto se da a conocer después de que la semana pasada la agencia Efe diera a conocer las líneas maestras del mismo y las asociaciones de víctimas cargasen duramente contra él.
Prisiones envió en pocas horas dos versiones del texto y ambas incluían dicha equivocación
El llamativo error aparece en el quinto folio de las seis páginas de que consta el documento, llamado "programa para el desarrolo de la política penitenciaria de reinserción individual en el marco de la ley". En él, los responsables de Interior fijan las condiciones en las cuales se deben celebrar los encuentros entre las víctimas y los terroristas en los que éstos deben pedir perdón a las mismas para acceder a beneficios penitenciarios. Tras detallar que "la aceptacíón del encuentro partirá siempre de la víctima, que tendrá que ser la directamente perjudicada por el delito o sus allegados más cercanos", el texto recoge que "el penado que otorga el perdón tiene que ser el autor material o el cooperador directo del hecho delictivo que ha causado el daño".
Este error se repite en las dos versiones del documento enviado por Interior en cuestión de pocas horas y surge después de que el Ministerio haya querido contentar a las asociaciones de víctimas tras el ataque furibundo lanzado por éstas la semana pasada tras conocerse detalles del mismo e interpretar que se flexibilizaban las condiciones a los terroristas para acceder al tercer grado y a la libertad plena. De hecho, la condición de que los presos tengan que pedir perdón directamente a las víctimas de sus acciones endurece las condiciones existentes hasta ahora, y recogidas en la llamada 'vía Nanclares' que puso en marcha el anterior gobierno socialista. Entonces, el reconocimiento de culpa no tenía que ser a un víctima directa de uno de sus atentados.
De hecho, de los once encuentros que había propiciado el anterior plan, sólo una minoría cumplía el requisito puesto ahora a toda prisa por Interior. En la segunda versión del documento, eso sí, matizó este detalle incluyendo que se buscará "priorizar" esta relación directo entre víctima y el que pide perdón, pero sin hacerla imprescindible. De este modo, las víctimas podrán aceptar reunirse con un etarra que no haya tenido nada que ver con el atentado que le afectó a él o a su familia.
Sólo para etarras
Llamativo es también que aunque Interior ha asegurado en todo momento que el plan está dirigido a miembros de todas las organizaciones terroristas e, incluso, reclusos del crimen organizado, lo cierto es que deja claro que los destinatarios casi exclusivos del mismo son los miembros de ETA. De hecho, habla de que el programa "se realizará, preferentemente, en Centros Penitenciarios ubicados en el País Vasco". Además, reconoce que el mismo se pone en marcha para facilitar la desvinculación de unos presos cuya "organización de referencia no se ha disuelto, cuenta con un cierto apoyo social y aspira a mantener la cohesión y disciplina de sus militantes encarcelados", características que sólo pueden adjudicarse en estos momentos a la banda armada.
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