Pocos podían pensar en el PP que fuera un Gobierno popular el que pusiera fin a la trayectoria de Rodrigo Rato no sólo al frente de Bankia sino incluso como símbolo de lo que se dio en llamar "milagro económico español" durante su etapa de vicepresidente económico de los gobiernos de José María Aznar. En la sede nacional de la calle Génova admiten que Rato "que quedado muy tocado" porque incluso aunque se quiera "vender" su salida de Bankia como un sacrificio personal en respuesta a una petición de Mariano Rajoy o se culpabilice al gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, de los males de la entidad financiera, la nacionalización de facto de la antigua caja va en el debe del que fuera también director genente del Fondo Monetario Internacional.
Desconcierto es la palabra que mejor define el sentir general de su partido, a donde acudía cada noche electoral, lo que le permitió ser testigo privilegiado del triunfo por mayoría absoluta de Mariano Rajoy el 20 de noviembre del año pasado. Volvió después otras veces, entre ellas, para reunirse con Rajoy precisamente para hablar de la situación de Bankia, aunque aquel encuentro despertó todo tipo de especulaciones sobre su posible vuelta a la política nacional y, en concreto, a la vicepresidencia económica.
Sin embargo, ahora todos dan por seguro que el futuro de Rodrigo Rato no está ya en la política mientras apuntan a un destino tipo Banca Lazard, donde se colocó tras la espantada del Fondo Monetario. "Tiene ya sesenta y tres años", apunta un destacado y cercano diputado respecto al papel que pueda jugar a corto y medio plazo. La situación no tiene que ver con la que se generó en 2007 tras su vuelta desde Washington. Entonces sí se especuló mucho sobre si aspiraría al liderazgo del partido ante un Rajoy que no acababa de despegar, pero ahora "Rajoy está consolidado, fuerte y con una mayoría absoluta" mientras que el crédito de Rato cotiza a la baja, comentan en el partido. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, salió ayer en su defensa al afirmar que Rato desembarcó en Bankia en un momento "muy complicado", pero no dejó lugar a dudas sobre si había salido una salida "voluntaria" cuando dijo que "aunque se le ha pedido que haga el esfuerzo de dejar el testigo a otra persona, ha hecho una gestión muy importante al frente del banco". Por tanto, "no tengo más que elogiar la figura de Rodrigo Rato", concluyó en una comparecencia pública destinada a presentar la campaña del PP a favor de la reformas del Gobierno.
Martínez Pujalte acusa al gobernador del Banco de España de la situación de Bankia
Más en harina se metió el portavoz del PP en la comisión de Economía del Congreso, Vicente Martíñez-Pujalte, que no tuvo empacho en señalar al gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, como el responsable de "obligar" a Rato a hacerse cargo de Bancaja con datos que "a lo mejor no eran exactos" y sin ningún tipo de esquema "de protección de activos". En definitiva, éste heredó una situación "envenenada", informa Efe.
En todo caso el PP quiere pasar de puntillas sobre la figura del ex vicepresidente y salir, al tiempo, en defensa de la decisión adoptada por el Gobierno en relación a Bankia. Ha repartido un argumentario entre sus cargos públicos en el que defiende que se trata de una medida "imprescindible" para mantener la estabilidad del sistema financiero; que ningún acreedor de la entidad, incluidos los depositantes y los titulares de participaciones preferentes, se verá perjudicado o que la toma de control por el Estado "no supone la intervención de la entidad". No hay ninguna mención al que hasta el martes fue el presidente de la entidad.
De lo que quiere hacer Rato en el futuro poco saben en su partido, de hecho algunos miembros de su antiguo equipo económico no han conseguido contactar con él, otros se han limitado a enviarle sms y tampoco han faltado los que, directamente, han preferido no llamarle.
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