Las gallinas que entran por las que salen. A ojos de Vox, parece que la pérdida de peso de sus aliados en una América Latina que, elección tras elección, gira cada vez más a la izquierda, encuentra su compensación en Europa. El partido liderado por Santiago Abascal celebró la quinta victoria de Viktor Orban en Hungría el pasado mes de abril y espera celebrar la de su hermanísima Giorgia Meloni a finales de septiembre en Italia. Entre medias, el nacionalista Jimmie Akesson les ha dado una sorpresa al encumbrar a los Demócratas de Suecia (SD, por sus siglas en sueco) a segunda fuerza más votada. Y lo ha hecho con un discurso contra la inmigración ilegal, la delincuencia y el sablazo de la factura eléctrica. "No como los otros partidos", reza uno de los eslóganes del SD. "Solo queda Vox", rematan desde el número 12 de la calle Bambú.
El 'Abascal' nórdico nació en el seno de una familia de clase media en Sölvesborg, una localidad de 10.000 habitantes en el sur de Suecia donde fue concejal con 19 años. Estudió Ciencias Políticas en la Universidad de Lund. Ahora tiene 43, la barba bien recortada y mucha actividad en las redes sociales.
Sus primeros pasos en política están ligados a la -hasta ahora- principal formación de la derecha en Suecia: los Moderados. Fue miembro de su sección juvenil, algo así como Nuevas Generaciones, pero pronto se desencantó. En 1995, se unió a la rama juvenil del SD. Dos años más tarde, justo antes de lograr un cargo público en el ayuntamiento de su ciudad natal, entró en la dirección. En 2005, hubo elecciones internas y se impuso al entonces líder del partido Mikael Jansson. Akesson lleva 17 años al timón.
Fundado a finales de los 80
Los Demócratas de Suecia se fundaron a finales de los 80, mucho antes que Vox. Hasta escalar al segundo puesto en las elecciones han experimentado cierta evolución. Al menos en su argumentario oficial. Algo que sus detractores rechazan, puesto que continúan vinculando al partido a distintas organizaciones nazis y consideran que la supuesta metamorfosis solo responde a un barniz.
Más allá del cambio de logo, que pasó de una antorcha inicial a una dulce margarita con los colores de la bandera sueca, el partido liderado por Akesson busca convertirse en un gran movimiento social de corte nacionalista y tomar distancia de los grupúsculos racistas que orbitan a su alrededor. Cabe recordar que bebió en sus orígenes de la organización 'Bevara Sverige Svensk' (Mantengamos a Suecia sueca), cuyo modelo era el Frente Nacional británico.
Más allá del cambio de logo, que pasó de una antorcha inicial a una dulce margarita, el partido liderado por Akesson busca convertirse en un gran movimiento nacionalista
Ahora, sus dirigentes vinculan la llegada de inmigrantes y refugiados a la crisis del estado del bienestar, pero hablan de una política de "tolerancia cero" contra el racismo y la violencia.
La primera vez que lograron irrumpir en el Riksdag, el parlamento sueco, fue en 2010 y lo hicieron con el 5,7% de los votos frente al 20,7% actual. Poco a poco, sus dirigentes han pasado de estar arrinconados a consolidar alianzas y a cautivar a la clase obrera. Sobre todo en un momento en el que el país ha sido testigo de numerosos tiroteos.
Aumento de la violencia en Suecia
Según un informe reciente del Consejo para la Prevención del Crimen, que compara 22 países europeos, en ninguno como en Suecia ha crecido tanto la violencia con armas en las dos últimas décadas, un fenómeno que los expertos relacionan con las luchas entre grupos por el control del tráfico de drogas y otras actividades ilegales. Así lo recogió Efe. Precisamente, la lucha contra el crimen y la inmigración, junto con la crisis energética, han sido los temas dominantes durante la campaña electoral. En la Suecia de Greta Thunberg, Akesson tampoco comulga con la deriva "apocalíptica" en torno al cambio climático, por lo que acabó convirtiéndose en uno de los principales enemigos de una joven que, a su juicio, "tiene ansiedad y está mejor en el colegio".
"El futuro de España lo vemos en Bélgica, en París, Dinamarca y Suecia", auguró el eurodiputado Jorge Buxadé este lunes desde la sede de Vox para después felicitar a SD, que también forma parte de ECR. Buxadé criticó que, hasta el 31 de agosto de 2022, hayan entrado 19.000 inmigrantes ilegales en territorio nacional. Tras denunciar el silencio de los medios de comunicación en relación a las cifras de la "descontrolada" inmigración ilegal, el político catalán advirtió que esto conllevaba a "la inseguridad en las calles, el aumento de muertes en el Mediterráneo y un crecimiento de ataques a nuestra policía". Todo ello, "por culpa de unos políticos que no hablan del tema y actúan permanentemente en un constante efecto llamada a la inmigración".
Sobre el futuro de Vox, Buxadé prefiere mirarse en el espejo de los de Akesson y no en el que vaticinan las encuestas posteriores a las elecciones andaluzas: "No hay techo para aquellos españoles que quieren un cambio de políticas. Los españoles quieren que cambien las políticas del Gobierno de España [...] Vox ya no es un dique de contención como al principio, ahora es la alternativa".
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