Una menor de 16 años con trastorno del espectro autista avisó a su madre de que un joven, de 18 años, le exigía que le pasara fotos desnuda por redes sociales. Esta mujer denunció al chico por una delito de agresión sexual pero desconocía que ambos tuvieron relaciones consentidas. Las tornas se cambiaron y acusaron a la progenitora de falsedad y la reclamaban 200.000 euros en un caso que finalmente ha sido desestimado por una juez de Alcorcón, según informan fuentes jurídicas a Vozpópuli.
Los primeros pasos de este complejo caso datan del 2019. En esa fecha la madre interpuso esta querella por abusos sexuales a nombre de su hija, cuando la menor acababa de cumplir los 16 años. Según la denuncia un joven de 18 la exigía el envío de fotos desnudas. La mujer alegó que la chica era "fácilmente manipulable porque padece autismo".
La progenitora explico que "iban en el coche" cuando su hija comenzó a decirle “mami, mami” mientras "hiperventilaba y señalaba con el dedo le dijo: es él". "Todo comenzó porque un día estaba en el despacho del director del colegio porque su hija había dicho que la habían violado", detallaba la madre en su declaración.
Después siguieron el protocolo de actuación y la ginecóloga le confirmó que se había producido una "agresión sexual con rotura del himen". Su hija señaló en todo momento a un contacto de su agenda telefónica que se describía como "mi mejor amigo".
Fueron relaciones consentidas
La madre continuó con las denuncias contra esta persona "porque estaba convencida de que había sido él". "No puede ser que --mi hija-- se lo haya inventado porque estructuralmente es algo muy complejo para ella", apuntó la mujer. Todo el caso dio un giro con la apertura de diligencias que mostraron la verdad.
Las pesquisas sobre este procedimiento dilucidaron que los dos jóvenes mantuvieron relaciones pero consentidas. Se adjuntaron conversaciones por WhatsApp e Instagram en la cuales la chica intentó volver a quedar con él acusado de esta agresión. "Mañana podemos subir a mi casa que está libre", le proponía. "Te tengo unas ganas que flipas", deberíamos "tener algo más" o "quiero estar contigo", eran algunas de sus declaraciones. Estos comentarios eran totalmente desconocidos por la madre, que se los encontró en las lecturas de la vista en dependencias judiciales.
200.000 euros por una denuncia falsa
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Alcorcón acordó el sobreseimiento provisional de las actuaciones que fue ratificado por la Audiencia Provincial de Madrid tras resolver un recurso. El joven acusado decidió plantar cara tras ser absuelto y denunció a la madre el 22 de abril de 2022 por estas acusación y denuncia falsa de agresión sexual a una menor.
Este chico dijo haber sufrido daños morales tanto a él como a su familia que de "muy difícil reparación" al tener que estar con "tratamiento psiquiátrico" por la denuncia falsa. Según su testimonio tuvo que cambiarse de residencia a El Casar de Escalona (Toledo). Por todo ello requirió a la madre una indemnización de 200.000 euros.
La progenitora, cuya defensa ejerció el experto abogado penalista Juan Gonzalo Ospina, apuntó en todo momento que ella trasladó la denuncia por las declaraciones de su hija. Una circunstancia que también fue respaldada por la magistrada de la querella.
"Versiones contradictorias"
Raquel Zuil Tejero, la magistrada titular del Juzgado de 1ª Instancia e Instrucción número 4 de Alcorcón, fue la encargada de analizar este tremendo y complejo caso. En un auto, al que ha tenido acceso Vozpópuli, fechado el 14 de septiembre la juez decidió el archivo y el sobreseimiento provisional de la denuncia por el delito de falsedades contra la madre. Una decisión que también era respaldada por el Ministerio Fiscal.
La magistrada subrayó que la denuncia en su momento fue presentada por la madre a raíz de las manifestaciones que recibió de su hija. Para la juez las distintas resoluciones de la causa se dictaminan se "basan en la existencia de versiones contradictorias entre las partes en lo relativo al consentimiento de la menor, sin que de los distintos elementos accesorios a dicha relación, se pudiera extraer que tal relación sexual fuese forzada". Una duda que se plasmó en la sentencia a pesar del archivo de las anteriores diligencias. La madre agotó todas las vías judiciales para defender los presuntos abusos de su hija. El presunto responsable, que en realidad no lo fue, agotó todo para luchar por su honor. Todo quedó en documentos en los juzgados.
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