La ministra de Defensa en funciones, encargada de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Margarita Robles, recibió este viernes en el aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas los restos humanos (un fémur y 23 tarros con restos orgánicos) procedentes de Turquía que podrían estar vinculados con las víctimas de la tragedia aérea del Yak-42, ocurrida el 26 de mayo de 2003 y en la que fallecieron 75 personas, entre ellas 62 militares españoles.
Según informó Defensa, se trató de un acto privado, por estricto respeto a los familiares de las víctimas, en el que Robles estuvo acompañada por el jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), general Fernando Alejandre; el secretario de Estado de Defensa, Ángel Olivares; y el embajador de Turquía en España, Cihad Erginay.
Los restos llegaron a Madrid, en valija conducida, procedentes de Turquía, desde donde estuvieron acompañados por el agregado de Defensa de la Embajada de España en el país otomano, coronel César Gutiérrez de la Cámara.
Tras su llegada, el propio coronel César Gutiérrez de la Cámara se desplazó en un vehículo oficial del Ministerio de Defensa hasta el Instituto Anatómico Forense, donde se entregaron los restos, siguiendo las indicaciones del órgano judicial competente: el Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional, dirigido por la jueza María Tardón, que se personó en dichas instalaciones.
Se prevé que este juzgado ordene la realización de pruebas de ADN con el objetivo de identificar la filiación de cada uno de los restos.
El miércoles se practicó en Macka-Trabzon (Turquía) la exhumación de restos humanos que se localizaron en el lugar donde se produjo el siniestro hace 16 años. La exhumación se llevó a cabo por las autoridades judiciales turcas, en presencia del cónsul de España en Turquía. Los restos fueron remitidos al Instituto Anatómico Forense de Estambul.
Turquía informó del hallazgo hace un año
Las autoridades turcas informaron hace un año a las españolas de este hallazgo y, bajo la supervisión de la titular del Juzgado de Instrucción Número 3 de la Audiencia Nacional, María Tardón, se han desarrollado las actuaciones.
En mayo de 2018, las autoridades turcas informaron al Ministerio de Defensa de que en 2003 sepultaron un miembro inferior que presumiblemente pertenecía a uno de los fallecidos en el accidente del avión militar, que transportaba a 62 militares españoles, 12 tripulantes ucranianos y uno bielorruso.
Tras tener conocimiento de esta información, el Ministerio de Defensa, que se encontraba ya bajo dirección de María Dolores de Cospedal, dio traslado a la Abogacía del Estado, que, a su vez, solicitó a la Audiencia Nacional que investigase los restos con el respaldo de la Fiscalía.
El Ministerio de Exteriores de Turquía comunicó a la embajada española en Ankara que la pierna de una de las víctimas fue encontrada semanas después del accidente y enterrada el 24 de julio de 2003 en el cementerio de la localidad de Maçka. La justicia española no lo investigó en ese momento porque no tuvo conocimiento del hallazgo.
A su vez, se confirmó la presencia en el Instituto Anatómico Forense de Estambul de otros restos humanos confinados en 23 tarros y que fueron extraídos en su día para proceder a la identificación de ADN procedentes del accidente.
Tras un cambio en la dirección del Instituto Anatómico Forense de Estambul, los nuevos rectores ordenaron un inventario de los restos allí confinados, en cuyo desarrollo se descubrieron los restos referidos con anterioridad.
El Gobierno español acordaron con las autoridades turcas que “en el más breve plazo posible” se procedería a la entrega oficial de todos estos restos a las autoridades consulares españolas, con el fin de su repatriación a España, lo que sucedió este viernes.
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