La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha pactado con sus socios independentistas de ERC un conjunto de inversiones de aquí a final de año que tendrán un coste para los barceloneses de 96 millones de euros, casi el 80 por ciento de los 120 millones de superávit que el anterior gobierno municipal del alcalde de CiU, Xavier Trias, había dejado de “colchón” financiero para esta legislatura.
Colau y Esquerra Republicana se 'comerán' la mayor parte de ese excente en un total de 22 inversiones, "obras de marcado carácter social y de izquierdas”, tal y como han explicado a Vozpópuli miembros de Barcelona en Comú, en la que está integrada la regidora.
Los once concejales de Colau han recibido el apoyo de la formación republicana para sacar adelante antes de fin de año estas 22 inversiones, que se incluirán en el proyecto de presupuestos a través de la partida destinada al superávit. Fuentes de la oposición municipal del PP y CiU han mostrado a este diario su “temor” a que “el Ayuntamiento de Barcelona se quede sin superávit y sin liquidez a mediados del año próximo, algo que sería muy grave a la hora de atender nuevas contingencias sociales”, explican.
"Pagar las nuevas inversiones recurriendo al déficit es una prioridad de izquierdas", sostiene Bosch
El líder de ERC en Barcelona, Alfred Bosch, considera que pagar las nuevas inversiones recurriendo al superávit dejado por Trias es una “prioridad absoluta de izquierdas”. Entre los proyectos destaca una inyección presupuestaria de 850.000 euros para acelerar las obras del Mercado de Sant Antoni, 500.000 euros a la aceleración de las Germanetes y 200.000 euros a acondicionar el Edificio Transformadors, ambos en el distrito del Eixample barcelonés.
Además, se ha acordado comprar la antigua Fundición de Canons y el Teatro Principal en Ciutat Vella, pero todavía se debe negociar el precio con los propietarios. Bosch ha subrayado que de las más de 100 propuestas de inversiones planteadas por ERC, el 60% serán ejecutadas entre 2015 y 2016.
ERC destinará más superávit al metro de la Zona Franca
Asimismo, Bosch ha apuntado que de cara al próximo presupuesto le gustaría que se usara el superávit –los casi 40 millones restantes- para que se inaugurara una parada de metro en la Zona Franca. Considera que si la Generalitat no pone el dinero, el Ayuntamiento debería adelantarlo y anotarlo en la deuda pendiente del Govern con Barcelona: "Cada estación cuesta entre 30 y 40 millones. Con un superávit de 120 millones no es una cifra que se escape".
El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, y mano derecha de Colau ya dijo hace unos días que este “gasto adicional” en las cuentas municipales será posible porque las previsiones del superávit de 2015 se han disparado de los 16 millones estimados a 120. Los 96 millones se repartirán entre mejoras urbanísticas y del espacio público (41 millones), medidas sociales y de atención a la infancia (29), mejora al acceso a la vivienda (12) y todas estas actuaciones deberán ponerse en marcha antes de que acabe el año según confirman fuentes municipales.
El superávit previsto por el anterior ejecutivo en los presupuestos de este ejercicio se ha multiplicado por siete: ha pasado de 16 a 120 millones debido al aumento de la recaudación por impuestos o tasas municipales el último año como el IBI (27 millones más), plusvalías, liquidación negativa de las transferencias del Estado o los 20 millones de la Ley de Barrios de la capital catalana. En opinión del grupo municipal de CiU, el incremento del gasto municipal en Barcelona "no va a cuenta del superávit, sino que proviene exactamente del remanente de tesorería, lo que podría afectar la liquidez" de las arcas municipales.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación