Zamorana y de Pontevedra, tierra del presidente del Gobierno, la responsable de Fomento, Ana Pastor, despachó a primera hora del martes al público que abarrotaba el Hotel Intercontinental de Madrid. El desayuno, plagado de periodistas y empresarios próximos a Fomento, fue una especie de decálogo de buena gestión: “Renfe es una gran compañía, pero necesita ganar eficiencia para garantizar su viabilidad”, señaló en una ocasión la ministra; “hay que hacer una reestructuración y una nueva planificación de Renfe”, dijo en otra. Pastor habló de estaciones de AVE vacías en Aragón, de lo generoso que es el Estado subvencionando a la operadora con 400 millones de euros anuales por ser un servicio público, de qué es y cómo debe funcionar ese servicio, de que habrá que cerrar líneas nocturnas internacionales como la que circula entre Madrid y París, de un ahorro en el capítulo que compete a gastos de personal por valor de diez millones de euros…
Un ahorro imperceptible para las arcas públicas comparado con la dudosa gestión de la compañía por parte del nuevo equipo de Fomento. Hasta abril, los resultados del ejercicio actual arrojan pérdidas de más de 80 millones de euros para la operadora, más de un 1.000% de lo previsto por los responsables de Renfe. Lo previsto era perder cinco millones de euros los cuatro primeros meses de 2012. Pero la caída de gastos no ha venido acompasada por los ingresos. La empresa ferroviaria pierde un 25% más que en 2011, cuando se dejó 60 millones de euros.
Curiosamente, no es en el apartado de Viajeros donde los números se desploman. Incluso logra unas leves ganancias (menos de diez millones) en este apartado, que en total suma hasta abril 600 millones de euros. Las pérdidas llegan por los Mercancías o por los convenios firmados con las Comunidades Autónomas, por citar dos casos. Además, la inversión en obra pública ferroviaria ha pasado de 7.000 millones de euros en 2011 a 6.000 este año, como recogen los Presupuestos Generales del Estado.
Otro asunto son los gastos de personal, a los que recurrió precisamente Ana Pastor en el desayuno. Pastor se refirió a los gastos de todo su ministerio, no a los de la compañía pública. Porque, de tratarse de Renfe, no habría habido ahorro: los gastos se mantienen. De hecho, de acuerdo con el nuevo organigrama de la empresa, apenas se han recortado puestos en la alta dirección, esclerótica tras el paso de Magdalena Álvarez y José Blanco por Fomento. Tan solo un par de direcciones generales pasan a ser direcciones gerenciales; sobreviven, además, múltiples direcciones menores, secretarías generales y áreas que siguen tal como las dejó el PSOE. Aunque fuentes de Renfe hablan de un tijeretazo inmediato en la cúpula ferroviaria.
Para más inri, Adif, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, tampoco levanta cabeza. Del mes de abril de 2011 al de 2012, sus resultados menguaron más de un 25%, pasando a perder este ejercicio 90 millones, por 70 el año pasado.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación