Los adolescentes varones entienden el consentimiento sexual como una especie de "figura contractual" que deben utilizar como prueba en el caso de ser acusados de agresión, ya que, desde su perspectiva, las nuevas leyes feministas han borrado su presunción de inocencia, según se desprende del informe de la Fundación FAD Juventud presentado este miércoles. Además, creen que las medidas no son adecuadas, que la "violencia de género" está "mla definida" y que "siempre ha pasado y no es para tanto".
"Ellos sienten que son culpables hasta que se demuestre lo contrario", ha señalado durante la presentación Nerea Boneta, una de las autoras del estudio 'Percepciones y discursos de adolescentes españoles sobre masculinidades y violencia de género', para el que se ha entrevistado a jóvenes de entre 14 y 17 años de un centro de secundaria público de Madrid.
Según este informe, los adolescentes "sienten que el feminismo actual les coloca en una situación de inferioridad y vulnerabilidad respecto de las mujeres, les criminaliza y silencia sus opiniones", y, aunque no niegan la existencia de la violencia de género, la "banalizan o minimizan su importancia".
Concretamente, ellos asocian la violencia machista a tipos más extremos o graves, como las agresiones sexuales o violaciones, mientras que "normalizan" los casos más cotidianos, llegando a asegurar que la violencia "no tiene género" o a hablar de "violencia doméstica".
Ellas consideran la violencia de género un "problema urgente", aunque al igual que sus compañeros muestran preocupación por las denuncias falsas porque "son un problema para los hombres". "El sentimiento de los chicos de ser las verdaderas víctimas, así como la angustia, nostalgia y desesperanza con la que los adolescentes vislumbran el futuro, acaba derivando en percepciones contrarias al feminismo", alerta el informe.
Los argumentos más usados por ellos para defender su postura son que la violencia sexual y de género está "mal definida", que las medidas que se toman no son adecuadas, que "han pasado siempre y no es para tanto".
Los argumentos más utilizados por ellos para defender su postura son que la violencia sexual y de género está "mal definida", que las medidas que se toman no son adecuadas, que "han pasado siempre y no es para tanto", que son cosas que suceden en otros países o épocas, que es inevitable y no se puede erradicar, que la víctima también tiene culpa o que está "magnificado mediáticamente".
Es más, cuando se les pregunta a los chicos si son feministas muy pocos se consideran como tal. "Ninguno dice que el machismo no existe", ha reconocido Boneta, que no obstante alerta de que los jóvenes "creen que el feminismo actual es extremo y va contra la igualdad" porque posiciona a la mujer por encima del hombre.
Adolescentes y la violencia de género
Sobre la idea de "masculinidad" que tienen los adolescentes destacan conceptos adscritos al concepto tradicional de hombre como que ellos no pueden mostrar sus sentimientos, han de ser solitarios, serios, trabajadores, "llevar las riendas" y no dejarse influenciar por los demás.
Esto les lleva, por ejemplo, a buscar menos ayuda que ellas para solucionar sus problemas de salud mental, de los que no hablan con sus amigos ni familiares porque quieren encarnar la figura de "hombre hecho a sí mismo" que no necesita apoyarse en nadie.
Sin embargo, tanto ellas como ellos son "conscientes y muy críticos" con los roles y estereotipos asociados a cada género, según el informe. Pese a todo, FAD Juventud sostiene que las posturas y argumentos de los y las adolescentes "están llenos de contradicciones y ambigüedades".
Según Boneta, los jóvenes suelen repetir eslóganes que escuchan sobre todo en las redes sociales, y ellos mismos admiten no estar bien informados.
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