Adolfo Suárez Illana escribió el 20 de octubre de 2009 al rey para solicitar formalmente que le proclamara sucesor del Ducado de Suárez, un título que de momento posee el expresidente del Gobierno y que a su muerte debe pasar a Alejandra Romero, primogénita de Mariam, hija de Suárez fallecida en 2004 a causa de un cáncer.
Según publica este viernes el diario Público, el interés del hijo de Suárez en la transmisión del título ha provocado tensiones en la familia, tal como publicaba esta semana Vozpópuli. La aparición de este documento de 2009 viene a desmentir las palabras del propio Suárez Illana, quien este jueves se puso en contacto con la redacción de Vozpópuli para decir que el ducado le importaba "entre poco y nada".
En el escrito dirigido al monarca, Suárez Illana se basa para la petición de "desheredar" a su sobrina en la creencia de su padre de que él sería el nuevo duque, y que al compartir también el nombre de Adolfo, se garantizaría "la conservación de dicho nombre y apellido, que es la denominación de la merced, durante varias generaciones". Además añade que está convencido de que si su padre "estuviera en condiciones para hacerlo" lo pediría directamente al rey. Para ello explica que por la enfermedad que padece su padre, no ha podido conocer la modificación legal que le impide heredar el título, pero que todo su círculo más íntimo -en el que llega a incluir al monarca- conocía el deseo de que otro Adolfo lo tuviera.
Con intención de demostrar este aspecto, el hijo de Suárez aporta declaraciones notariales de cinco personas a las que pidió que dieran testimonio de esa alegada voluntad inequívoca de su padre. Jaime Lamo de Espinosa, exministro de Agricultura con la UCD, Inocencio Hernández Amorez, ayudante personal de Suárez, José Fernando de Almansa, exjefe de la Casa del rey, Francisco Javier Suárez Illana, hijo también del expresidente, y María Isabel Gómez-Acebo dieron cuenta de esa voluntad. "Estoy íntima y absolutamente convencida de que don Adolfo Suárez, de poder hacerlo y en las circunstancias actuales, se dirigiría personalmente al rey para solicitarle la adopción de las medidas oportunas para que le sucediese, en su día, en el Título Nobiliario, su hijo don Adolfo Suárez Illana y sus descendientes", manifestó en su declaración jurada ésta última, según ha podido comprobar el diario Público.
El escrito está sostenido también por diferentes ejemplos de sentencias del Tribunal Supremo que avalan esa teoría de que la intervención del rey puede permitir que se altere o modifique el orden regular y ordinario de la sucesión. Si su padre no estuviese enfermo habría podido obtener el privilegio real de poder nombrar al primer sucesor, según explica.
Sin título por un cambio legal
El rey otorgó a Suárez el título de duque en 1981 en reconocimiento por su "abnegación, tacto y prudencia, al servicio de al reconciliación de todos los españoles" en su etapa al frente del Gobierno, y la gracia se establecía "para sí, sus hijos y sucesores legítimos por el orden regular de sucesión". En ese momento el beneficiario era Suárez Illana, primogénito varón, pero la ley 33/2006 sobre igualdad del hombre y la mujer en el orden de sucesión de títulos nobiliarios, provocó que la heredera entonces fuera su hermana mayor Mariam, que a su vez lo traspasaría a su hija Alejandra.
Ya en 2009 la pretensión de Suárez Illana parecía poco factible, en un momento en el que hasta la Familia Real se había mostrado partidaria de eliminar la prevalencia del varón sobre la mujer en la sucesión a la Corona que marca la Constitución. Lo que sí deja claro el documento es que pese al desmentido del afectado, sí existe interés por su parte en poseer ese ducado de Suárez.
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