El Gobierno ha logrado sacar adelante la entrada de capital privado en AENA, la dueña de los aeropuertos públicos en España, aunque finalmente el Estado mantendrá la mayoría del capital de la compañía. El Consejo de Ministros también ha aprovechado para liberalizar el transporte ferroviario de pasajeros, con la incorporación de un potencial competidor para Renfe.
La privatización del 49% del capital de AENA se llevará a cabo en dos pasos: una OPV en la que se venderá el 28% de las acciones y un concurso público para confeccionar un núcleo duro de accionistas que se repartirá el 21% restante.
La intención del Gobierno es que el proceso culmine antes de que finalice el ejercicio. El proceso comenzará con la aprobación del marco regulatorio, que ya está sobre la mesa de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia para su validación.
Para septiembre está prevista la elección de los inversores que confeccionarán el núcleo duro de la compañía y en noviembre AENA podría estar lista para debutar en los mercados.
Para la liberalización del transporte de viajeros por ferrocarril, el Gobierno ha elegido un modelo consistente en la convocatoria de un concurso público para la adjudicación de un título que permitirá operar el denominado corredor de Levante: la línea de alta velocidad Madrid-Cuenca-Albacete y sus ramificaciones hacia Castellón, Valencia, Alicante y Murcia.
Tan solo un operador podrá optar a este título que le permitirá competir con Renfe en exclusiva durante siete años. A partir de entonces, la línea quedará abierta para todos los competidores que deseen explotarla.
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