La nueva tarifa fija de 30 euros por ir en taxi desde cualquier parte de Madrid dentro de la M-30 hasta el aeropuerto de Barajas apenas lleva un par de semanas en vigor y ya está dando mucho que hablar. Algunos denuncian que el precio del viaje se ha duplicado (si se coge el taxi fuera de la circunvalación madrileña el mínimo son 20 euros más lo que marque el taxímetro), y esta misma semana se han producido manifestaciones del propio gremio de conductores en la Terminal 4 de Barajas: más de la mitad del colectivo de taxistas madrileños piden al Ayuntamiento de Madrid la derogación de la medida.
Ante un escenario que contempla la pérdida de usuarios, las palabras del presidente de la Asociación Gremial de Autotaxi de Madrid (favorable a la nueva medida), Julio Moreno, son reveladoras. Forman parte de la grabación de aproximadamente dos minutos de algo que parece ser un programa de radio, a cuyo contenido este medio ha tenido acceso. No descubren nada ilegal per se, pero sí demuestran cómo la reciente normativa puede resultar sangrante para el cliente.
Inicialmente, Moreno pone el ejemplo de un usuario al que le apetece dar una vuelta por la capital:
- Estás en Colón y te dicen de ir a Cibeles o a la Puerta de Alcalá…, pues le coges en Colón y le aplicas la tarifa que corresponde, la 1 o la 2 [20,50 euros por hora entre las 6 y las 21, 23,50 euros entre las 21 y las 6]. Cuando llegas a Cibeles sigues tarifando, llegas a la Puerta de Alcalá y sigues tarifando, llegas a Velázquez y sigues tarifando, llegas a María de Molina…
Moreno imagina ahora que el cliente desea ir al aeropuerto de Barajas:
- Y ahora, te dicen ‘quiero ir al aeropuerto’: pues tendrás que aplicarle lo que establece la tarifa 4 [la nueva tarifa fija], y luego sumarle a esos 30 euros el servicio que has hecho dentro de la ciudad de Madrid.
La cosa se encarece cuando el usuario, por las razones que fueran, decide ir de una terminal aeroportuaria a otra:
- Llegamos a la t1 y quiere ir a la t2. Pues tienes que volver a poner el taxímetro. La verdad es que es una carrera buenísima, a mí me encantaría hacerla, pero normalmente no hay tanta complejidad.
El presidente del colectivo de taxistas vuelve a recurrir al mismo ejemplo, otra vez. Al final reconoce que “son supuestos tan-tan-tan irracionales”, que a él, “en 20 años”, no se le ha presentado ninguno “que recuerde”.
Hacía tiempo que un sistema de precios en este tipo de transporte no generaba tantos reproches. Ciertamente, por escasos metros uno puede pasar a abonar o 30 euros a tocateja o 20 más el taxímetro, una opción, la segunda, que termina por ser más onerosa para el viajero. Beneficia fundamentalmente a los distritos más alejados de Barajas. También perjudica a los barrios de la capital próximos al aeropuerto, donde los clientes se topan con una recarga excesiva comparada con la carrera que pagaban hasta el año pasado. Fuera de los lindes de Madrid ciudad, la iniciativa no se aplica.
En su día, otras asociaciones radicalmente opuestas a la tarifa fija, como la Federación Profesional del Taxi, denunciaron que la nueva vía aumentaría el precio del viaje hasta un 20%. El martes, en comisión municipal, la concejala socialista Ruth Porta criticó que “algunos avispados acumulan tarifas cobrando precios desorbitados”.
Nada más estrenarse la medida, la prensa local y varias cadenas de televisión reportaron varios abusos, especialmente a turistas extranjeros. En algunos casos se hablaba de tarifas superiores a 60 euros por ir de Barajas a la Almendra Central, un coste que no delata otra cosa que una estafa en toda regla.