España

“La Agenda 2030 nos está machacando”, denuncia el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Porto do Son

Emilio Queiruga apoya la rebelión en el campo y cree necesario emprender acciones similares por parte de los profesionales del mar, que son “los más ecologistas”

“La Agenda 2030 nos está machacando”. Así de rotundo se muestra el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Porto do Son (La Coruña), Emilio Queiruga, cuando se le pregunta por las políticas medioambientales impulsadas en los últimos años por la Unión Europea, que en su opinión van a terminar dando la puntilla a todo el sector primario español debido al gran desconocimiento que tienen los burócratas de Bruselas de los problemas reales que afectan tanto a los profesionales del campo como a los del mar.

Por eso apoya de forma rotunda las movilizaciones iniciadas por los agricultores y ganaderos, que a su entender padecen restricciones similares a las de los pescadores, y se muestra partidario de extender la ‘rebelión’ del campo al mar. ¿Cómo? Las acciones se decidirán este lunes en la reunión convocada por la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores, de la que forma parte la de Porto do Son, pero Queiruga apunta a que podrían consistir en amarrar la flota y en organizar manifestaciones que concurran en Madrid para transmitir al Gobierno descontento general que vive el sector.

En declaraciones a Vozpópuli, el experimentado pescador gallego señala que “nosotros somos los más ecologistas del mundo” y los “más interesados en que las rías estén cuidadas y limpias”. A esa labor dedican mucho tiempo, tanto en el mar como en los puertos, aunque luego parece que solo los voluntarios se preocupan de la limpieza de las playas cuando ocurre alguna catástrofe como la del 'Prestige' o algún incidente menor, en referencia al reciente vertido de pellets. Por eso no puede evitar indignarse cuando ciertos políticos que “no tienen ni idea de lo que hablan” y no saben siquiera diferenciar “entre la pesca de bajura y la industrial” se lanzan a legislar sin contar con el asesoramiento de quienes conocen a fondo la realidad que vive el sector. 

Queiruga no dirige sus críticas solo a los mandatarios de la UE, porque en su opinión el Gobierno español también se ha destacado en numerosas ocasiones por ser un entusiasta defensor de ciertas medidas muy perjudiciales para los profesionales del mar. Destaca, por ejemplo, el decidido apoyo mostrado por la ministra Teresa Ribera al plan de poner fin a las bonificaciones fiscales del gasóleo por estar consideradas como subsidios dañinos para el medioambiente. “La financiación pública no puede subvencionar aquello que daña el planeta”, defiende la responsable gubernamental de Transición Ecológica, ideología que Emilio Queiruga rechaza de plano por criminalizar de forma conjunta a cientos de miles de trabajadores, entre ellos los pescadores, que carecen de alternativas posibles al uso del gasoil para mover sus embarcaciones.

Sobre este particular, el patrón mayor de Porto do Son insiste en que los pescadores, lejos de contaminar, realizan a diario una gran labor a favor del medioambiente marino que no es tenida en cuenta por casi nadie. “Cuando subes las redes no solo sale pescado, sino multitud de basura marina que nosotros retiramos”, afirma Queiruga. “Somos los primeros ecologistas”, señala, “porque vivimos del mar y queremos ver nuestras rías, que son únicas, limpias y saneadas”. En su opinión, el comisario de Medioambiente de la UE, Virginijus Sinkevicius, no es la persona más apta para desempeñar esa responsabilidad al haber mostrado “un desconocimiento total” de las rías gallegas y considera que para comprender los problemas propios de cada zona es necesario analizarlos ‘in situ’, no desde un despacho situado a cientos o miles de kilómetros. ¿Si a veces no saben ni poner Galicia en el mapa, qué podemos esperar de ellos?, se pregunta el veterano pescador.

En cuanto a la agenda 2030, Emilio Queiruga considera que se trata de una hoja de ruta que está sirviendo a la Unión Europea para apretar cada vez más el cinturón al sector primario en base a una ecología diseñada desde los despachos. Su conclusión es que la reducción progresiva de las cuotas de captura y de las jornadas hábiles de pesca supondrán, al final, la ruina del sector.  

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