Nunca antes tantos agentes de la Policía Nacional destinados en Cataluña habían solicitado marcharse. Este año, 800 efectivos han pedido su traslado. Los motivos: el elevado clima de crispación social como consecuencia del independentismo y el alto coste de la vida en comparación con otras regiones de España.
Así lo ha asegurado al diario La Razón el secretario general del Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Cataluña, Luis Mansilla, que apunta un dato que se aleja ostensiblemente de los equivalentes de años anteriores.
Frente a las 800 peticiones de traslado de este año, en 2019 fueron unos 500 los agentes que pidieron un cambio de destino: una cifra que fue a su vez mayor que la de 2018, cuando se registraron alrededor de 400 solicitudes de este tipo.
El incremento coincide con el pico de crispación que se ha alcanzado en la comunidad autónoma tras la sentencia del 'procés' independentista, cuya publicación provocó importantes disturbios en distintas ciudades de Cataluña, inclusive Barcelona.
Este fenómeno de huida no solo lo constatan agentes recién salidos de la academia que recalan en uno de los destinos menos cotizados de España, sino que también lo protagonizan agentes que desde hace tiempo estaban arraigados en Cataluña.
“Hay muchos que llevaban años viviendo aquí, pero al final se han acabado yendo”, ha indicado el secretario general del SUP al diario La Razón, que recuerda que en los últimos meses se han incrementado los ataques independentistas a los policías nacionales, no solo en comisarías, sino en sus propios domicilios.
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