Se dispara el número de agresiones entre la población reclusa de España. En el año 2022 se registró una media superior a los 13 incidentes diarios entre internos, lo que supone un incremento de casi el 15% respecto a los datos relativos a 2021, tal y como consta en un cuadro estadístico firmado por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias al que ha tenido acceso Vozpópuli. La cifra genera una profunda preocupación entre los trabajadores, que denuncian el "elevado número" de vacantes de funcionarios por cubrir, según esgrimen desde el sindicato ACAIP-UGT.
En dicho cuadro estadístico se recogen todas las agresiones que sufrieron los internos de los centros penitenciarios por parte de otros reclusos, incluyendo aquellos episodios en los que hubo lesiones graves, leves o ninguna herida. En la mayoría de casos, los agredidos sí que requirieron algún tipo de tratamiento médico o sanitario, según se desprende de los datos oficiales de este organismo dependiente del Ministerio del Interior.
Un ejemplo reciente tuvo lugar en la prisión de Fontcalent, donde se ha registrado una pelea multitudinaria de presos, que estaban armados con palos de escobas y cinturones. Aunque algunas versiones apuntan que apenas hubo una decena de internos implicados mientras que una veintena observaba la escena, la mayoría de testigos coinciden en que todos participaron de un modo u otro en la batalla campal. Un trabajador fue atendido tras recibir un golpe en el transcurso de la trifulca.
La tabla de Instituciones Penitenciarias -que lleva la firma de su director, Ángel Luis Ortiz- revela que en el año 2022 hubo 3.372 agresiones entre internos con lesiones leves, a las que habría que sumar otros 1.405 casos en los que no se registraron heridos y los 74 en los que hubo lesiones graves. La suma de todos esos incidentes alcanza la cifra de 4.851 casos en un sólo año. O lo que es lo mismo, una media de 13,29 agresiones a presos cada día.
La cifra no sólo resulta llamativa por la frecuencia de los episodios violentos; también supone un incremento sustancial respecto a los datos del año 2021, cuando se registraron 4.229 ataques o agresiones entre internos en las cárceles españolas; o lo que es lo mismo, 11.58 agresiones al día. De ese total, 2.878 correspondían a episodios con lesiones leves, 1.274 a los que no hubo lesiones, 73 con heridas graves y 4 con lesiones muy graves.
Aumentan las agresiones a presos un 14,71%
Así, en el año 2022 hubo un incremento de agresiones del 14,71% respecto a 2021. Los registros superaron el centenar de episodios violentos en 21 centros penitenciarios, correspondientes a los de Badajoz (131), Mallorca (109), Algeciras (114), Puerto III Cádiz (163), Teixeiro (131), Albolote (115), Huelva (121), León (100), Madrid II Alcalá de Henares (165), Madrid III Valdemoro (101), Madrid V Soto del Real (131), Madrid VI Aranjuez (105), Madrid VII Estremera (130), Málaga (104), Murcia II (156), Las Palmas II (139), Topas (124), Sevilla (103), Sevilla II Morón (134), Valencia (142) y Zaragoza (194).
Entre las razones que justifican este aumento, apuntan fuentes del ámbito penitenciario, está el aumento de la población reclusa que se registró en 2022, con mil internos más, "la primera vez que se produce un incremento en los últimos 17 años": "No sabemos si va a ser la tendencia de ahora en adelante, o si ha sido puntual sólo de este año; habrá que valorar cómo funciona 2023", valora Joaquín Leiva, portavoz de ACAIP-UGT.
Según los datos que maneja el sindicato, en España hay 3.024 vacantes de funcionarios de prisiones sin cubrir: "Y eso que esa relación de puestos de trabajo, que es oficial del Ministerio del Interior, a nuestro juicio no está dimensionada a las necesidades reales, que son mucho mayores", añade Leiva, asegurando que la escasez de personal es especialmente acuciante en labores de vigilancia o en puestos médicos.
"Puede que el último año convocaran 900 plazas, pero aún así se incrementó la cifra de vacantes, debido a jubilaciones u otras situaciones", apunta Leiva; algo que, se traduciría en el "cierre obligado de módulos" y en un "mayor hacinamiento" de los internos.
El portavoz de ACAIP-UGT incide en que "en el 80% de los incidentes hay lesiones", lo que se puede interpretar como una situación de "conflictividad grande": "Choca con la estadística de la Secretaría General en la que se muestra una reducción de internos en primer grado -concluye Leiva-. ¿No estará aumentando el número de agresiones porque los presos que deberían estar en primer grado no lo están?".
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