Las Islas Canarias atraviesan una situación de colapso ante la llegada de miles de inmigrantes por vías irregulares, alcanzado cotas nunca vistas hasta la fecha: en lo que va de año, 12.393 personas han llegado a sus costas, frente a las 2.178 que lo hicieron en el mismo periodo del año anterior. Una situación que se agrava ante las dificultades para identificar los países de origen: casi en la mitad de los casos no hay ningún tipo de acreditación de nacionalidad. Un ‘agujero negro’ administrativo que dificulta la devolución a sus territorios, en aplicación de los convenios internacionales suscritos por el Gobierno.
El Departamento de Seguridad Nacional (DSN) detalla en su último informe anual que la presión migratoria provino principalmente de Marruecos, Senegal y Argelia, además de subsaharianos no identificados, “probablemente de Mali, Guinea o Gambia”. A 31 de diciembre habían llegado por la ruta atlántica 40.403 emigrantes irregulares; o lo que es lo mismo, salvando la distancia comprendida entre costas africanas e Islas Canarias, su destino final a bordo de las embarcaciones lanzadas por las mafias dedicadas al tráfico de personas que se lucran con esta actividad.
El documento del DSN, que en este caso bebe de los datos ofrecidos por el Ministerio del Interior, apunta que el 44% de estos 40.403 inmigrantes no tenía ningún tipo de identificación de nacionalidad. En los casos en los que sí que hubo una comprobación positiva, los países de origen más habituales fueron Senegal (17%), Marruecos (14%) y Mali (6%).
La repatriación de los inmigrantes
Los problemas para identificar los orígenes de los inmigrantes dificulta su repatriación a sus países. España cuenta con acuerdos de devolución con las principales naciones africanas donde se producen las inestabilidades que provocan los flujos migratorios ilegales. El Ministerio del Interior contrata los servicios de aerolíneas privadas para ejecutar estos traslados. Pero sin una nacionalidad establecida, se complican los trámites de devolución.
“Para hacer frente a la gestión de los flujos migratorios irregulares, España utiliza diferentes herramientas, que se pueden dividir en tres grupos: la atención a los inmigrantes en territorio español; la vigilancia y control de fronteras nacional; y la cooperación con países de origen y tránsito”, señala el DSN.
El informe apunta la situación de algunos países específicos. “La situación de inestabilidad y el deterioro de la seguridad en Mali ha generado un incremento notable del número de desplazados en las zonas más estables del país y en Estados limítrofes como Mauritania”, apunta el DSN en su informe.
La ruta de tránsito migratorio hacia Argelia sigue siendo la más empleada, a pesar del mayor blindaje de su frontera sur. No obstante, también continúa activa la ruta mauritana, que ha ganado atractivo tras la reapertura de la frontera en junio de 2022 y ha permitido a la mayor parte de los candidatos cruzar legalmente a Mauritania.
Desde África a Canarias
El documento especifica que el Sahel reúne una serie de factores que contribuyen a la emigración: inestabilidad social, tensión política, aumento de la actividad terrorista y unas condiciones económicas deficitarias: “Un ejemplo es Senegal, donde el 63% de la población es menor de 25 años, más de 300.000 jóvenes acceden anualmente a un mercado laboral que no está preparado para su absorción y la situación política es tensa, con vistas a las próximas elecciones previstas para 2024”.
También aborda el caso específico de Níger. Tras el golpe de Estado, la persistencia en el tiempo de la paralización de las ayudas financieras y los proyectos de cooperación en materia de seguridad de la UE puede hacer que el control de los flujos migratorios decaiga en importancia dentro de la agenda política del nuevo Gobierno.
“Se descarta que el país vaya a convertirse en territorio de origen de inmigración ilegal con destino a Europa -señala el informe-. Sin embargo, los cambios de la situación política nigerina sí pueden hacer que se modifiquen los itinerarios terrestres de los tránsitos de migrantes procedentes del Golfo de Guinea a través del continente africano”.
Golpes de Estado e inestabilidades económicas a las que hay que sumar las actividades terroristas -con las filiales de Al Qaeda y Estado Islámico compitiendo por lograr un mayor área de influencia- y organizaciones criminales; un cóctel de amenazas que propician los flujos migratorios irregulares que se dirigen rumbo a Islas Canarias.
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