El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, tendrá que nombrar a 75 nuevos embajadores de aquí a un año. Medio centenar de representantes españoles en el extranjero cumplen cuatro años en sus respectivos destinos diplomáticos en 2022, una cifra a la que hay que sumar una veintena de puestos que dejó pendientes de firmar Arancha González Laya fruto del atasco que hubo en la última etapa.
Al igual que el ciclo olímpico, en Exteriores existe la ley no escrita de cambiar a los embajadores cada cuatro años. En 2018, sobre todo tras la moción de censura, hubo un importante número de relevos firmados la mayor parte de ellos por el entonces jefe de la diplomacia, Josep Borrell. Vozpópuli ha tenido ahora acceso a la lista de embajadas cuyos jefes de misión cumplen este ciclo en 2022. Son un total de 49 embajadores los que podrían ser cambiados en los próximos meses por parte de Albares.
Los destinos más relevantes son los de Washington, Pekín, Berlín, Roma, Tokio, Vaticano, México DF, Brasilia y Lisboa. También hay representaciones permanentes que se quedarán libres -ONU, OTAN, Consejo de Europa- y tres de los cinco embajadores 'políticos' dejarán seguramente sus respectivos puestos -Ángel Ros (Andorra), Juan Andrés Perelló (Unesco) y Manuel María Escudero (OCDE)-.
Albares hereda además una veintena de nombramientos de su predecesora. De los 27 plácets solicitados en junio por Laya, solo se han resuelto una decena y la ministra dejó varios países por decidir -Reino Unido, Grecia, Líbano, Jordania y Gabón-, tarea que ahora recaerá en el nuevo jefe de la diplomacia, quien ya ha desbloqueado Londres tras medio año sin embajador.
Además, hay otras cinco embajadas -Marruecos, Argentina, Honduras, Polonia y Ucrania- cuyos jefes de misión ya han cumplido cuatro o más años en sus destinos en este 2021, así que fueron nombrados en su momento por el Gobierno de Mariano Rajoy. Tanto Rabat como Buenos Aires son dos nombramientos muy sensibles para el actual Ejecutivo de Pedro Sánchez y la última palabra no la tendrá Albares, sino el propio presidente del Gobierno.
El dilema para Albares
El Gobierno decidió a finales de 2020 extender durante un año más el mandato del embajador en Marruecos, Ricardo Díez-Hochleitner, en un momento de fuerte presión migratoria desde las costas marroquíes. Además, en aquel momento el contencioso del Sáhara entró en un nuevo escenario tras la ruptura formal del alto el fuego entre el Reino alauí y el Frente Polisario, y el posterior reconocimiento de la marroquinidad del territorio por parte de la Administración norteamericana de Donald Trump. De ahí la prórroga ordenada por Laya.
La posterior crisis diplomática entre Madrid y Rabat por el caso Ghali obliga ahora al Ejecutivo español a medir con cuidado cuándo puede ser el mejor momento para sustituir a Díez-Hochleitner, quien fue nombrado para este puesto en mayo de 2015, así que acaba de cumplir seis años en la capital marroquí.
El embajador seguirá 'sine die' en Rabat mientras no se resuelva la crisis diplomática. Además, entre los 49 relevos previstos por Albares para 2022 están los de los embajadores en Argelia y Túnez, de modo que habrá que configurar todo el panorama diplomático de España en el Magreb en los próximos meses.
Argentina, obsesión de Podemos
En cuanto a Buenos Aires, esta embajada ha provocado choques dentro del Gobierno de coalición. Sánchez y Laya frustraron hace unos meses el último intento de Podemos por elegir al próximo embajador en Argentina en sustitución del diplomático Javier Sandomingo.
El embajador fue nombrado en junio de 2017 por el Ejecutivo de Rajoy cuando Mauricio Macri aún estaba en el poder. A lo largo de su carrera diplomática se le ha etiquetado como afín al PSOE. Aún así, cuando Alberto Fernández llegó a la Casa Rosada a finales de 2019, en círculos 'kichneristas' se dio por sentado el relevo del embajador español.
Y esa fue la impresión que se llevaron en Buenos Aires cuando Laya sacó a concurso el año pasado la plaza de embajador en Argentina en el denominado 'bombo', el reparto de puestos en el exterior para los diplomáticos, pese a que solo llevaba tres años allí destinado.
Sandomingo empezó a preparar las maletas y tras el verano presentó su candidatura para dirigir el Consulado español en Miami (EEUU), donde esperaba que discurriera plácidamente su último destino diplomático ya que se jubilará en enero de 2024 al llegar a los 70 años. Pero la ministra de Exteriores dio marcha atrás y le prorrogó su mandato en Argentina ante la sorpresa del propio embajador y la Casa Rosada.
Aquel giro inesperado fue la primera negativa en firme de Sánchez y Laya ante un Pablo Iglesias que presionaba por colocar a uno de los suyos en Argentina, principal referente político para Podemos tras varios reveses electorales en la región.
A Buenos Aires se mudó el jefe de Gabinete de Iglesias, Pablo Gentili, para trabajar en el Gobierno 'kichnerista' de Fernández. Y en la capital argentina tiene su centro de operaciones Alfredo Serrano, el economista que trabajó para Nicolás Maduro -quien le llamaba "el Jesucristo de la economía"- y que ayudó a Jordi Évole a entrevistar al presidente venezolano en febrero de 2019. Así que es un país que Podemos tiene entre ceja y ceja.
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