El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, José Manuel Albares, ha decidido retirar el plácet para que Camilo Villarino, que fue jefe de gabinete tanto con Arancha González Laya como con Josep Borrell y Alfonso Dastis, sea embajador en Rusia, según han confirmado a Europa Press fuentes diplomáticas.
Desde Exteriores aseguran que el cambio de opinión de Albares, que sucedió a González Laya el pasado 12 de agosto, no tiene "nada que ver" con el hecho de que Villarino está citado a declarar en calidad de imputado el próximo 1 de septiembre ante un juzgado de Zaragoza en relación con el 'caso Ghali'.
Otros candidatos mejores
Según explican, Albares no solo ha retirado el plácet de Villarino sino que también lo ha hecho con el que en principio iba a ser embajador en Sudáfrica, Felipe de la Morena. El ministro ha dado este paso porque considera que hay otras personas con "mejor perfil" para ocupar dichas plazas, lo cual no impide que a ambos diplomáticos se les adjudiquen otras de las embajadas que hay que cubrir, como de hecho tiene intención de hacer.
El nombramiento de los embajadores es potestad del ministro de Exteriores, quien suele decidir en base a las preferencias expresadas por los miembros de la Carrera Diplomática pero siempre según su propio criterio. Dicha elección es sometida al Consejo de Ministros, que avala entonces la solicitud del plácet al país de destino. Una vez se recibe dicha autorización, se produce el nombramiento formal.
En el caso de Villarino, a quien nombró Dastis con el Gobierno del PP, aún no se había recibido el visto bueno de Moscú para que pasara a ocupar una plaza que dejó vacante el pasado mes de junio tras el cese de Fernando Valderrama al haber alcanzado la edad de jubilación.
Citado ante la Justicia
El diplomático tendrá que declarar la próxima semana ante el titular del Juzgado de Instrucción número 7 de Zaragoza, Rafael Lasala, a solicitud del abogado de la acusación particular, Antonio Urdiales, quien quiere que se determine si hubo posible encubrimiento o prevaricación en la llegada a España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali.
Este llegó el pasado 18 de abril en un avión argelino a la Base Aérea de Zaragoza, sin pasar controles de fronteras ni documentación, desde donde partió en una ambulancia al Hospital San Pedro de Logroño, donde permaneció ingresado hasta el 2 de junio, cuando regresó a Argelia sin haber pasado tampoco por los pertinentes controles.
Su acogida, que el Gobierno atribuyó a "razones humanitarias", desencadenó una grave crisis diplomática con Marruecos, molesto por no haber sido avisado de antemano, si bien posteriormente Rabat terminó reconociendo que el verdadero motivo era la negativa de España a reconocer como marroquí el Sáhara Occidental, como hizo Estados Unidos cuando Donald Trump era presidente.
Desde Exteriores se insiste en la presunción de inocencia en el caso de Villarino, mientras que la Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE) expresó su "confianza en la Justicia" tras conocer que ha sido citado a declarar como imputado, insistiendo en que es un "funcionario ejemplar".
Desde la asociación, la principal dentro de la Carrera Diplomática, se ha defendido que su actuación en el 'caso Ghali' se produjo "en el marco de sus funciones, de acuerdo con las instrucciones recibidas y los procedimientos establecidos".
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