El exsubcomisario de Policía José Amedo, condenado a 108 años de cárcel junto a Míchel Domínguez por el caso de los GAL, ha vuelto a ajustar cuentas cuando se cumplen treinta años de la decisión del gobierno de Felipe González de luchar contra ETA con sus propias armas durante la presentación de su libro de memorias "Cal Viva" asegurando que el rey Juan Carlos "estaba al corriente de todo lo que sucedió".
"No me cabe la menor duda", ha añadido Amedo en rueda de prensa, argumentando que el monarca era consciente de las acciones de los GAL porque "atacar" a los miembros de ETA en su santuario debió de hacerse "informando a la jefatura del Estado".
Una decisión que "sólo se puede decidir desde la presidencia del Gobierno, con el conocimiento de la oposición e informando a la jefatura del Estado”, ha insistido sobre la denominada "guerra sucia" contra la organización terrorista vasca que se llevó a cabo entre 1983 y 1987. "Fue un tema de Estado", ha zanjado sobre este asunto, añadiendo que en la actualidad, "ETA tiene que integrarse políticamente en la actividad del País Vasco porque no les queda más remedio".
En este sentido, el exmando policial ha destacado un episodio recogido por el periodista Miguel Ángel de la Cruz en su libro "Garzón, la ambición de un juez", según el cual, el monarca llegó a telefonear al juez Baltasar Garzón para que "dejara de investigar los GAL porque era un tema de Estado".
"Garzón machacaba a sus clientes psicológicamente; era un delincuente con toga", sostiene Amedo
Amedo, quien ha justificado la guerra sucia contra ETA en rueda de prensa, no ha dudado en señalar como principal responsable al entonces presidente del Gobierno Felipe González, de quien ha criticado "su cobardía" al no asumir su responsabilidad "como sí han hecho miembros de las Fuerzas de Seguridad".
Más allá de la posible implicación de Juan Carlos I, Amedo aporta en su libro "Cal Viva" datos inéditos sobre cómo se urdió el asesinato de Santiago Brouard en el hotel Ercilla de Bilbao o capítulos relacionados con la supuesta conspiración de Garzón después de que sus aspiraciones políticas fueran echadas por la borda.
"Garzón ha tenido un prestigio que nunca se ha merecido. Desde que le conocí pensé que era un delincuente con toga", ha declarado sobre el exjuez de la Audiencia Nacional, añadiendo que actuaba en la instrucción de los casos como "un torturador nato". "Garzón machacaba a sus clientes psicológicamente", ha concluido.
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