España

Alejandro Luzón, el fiscal discreto que devolverá la paz a Anticorrupción

Este madrileño de 53 años, hijo y hermano de fiscales, ingresó en Anticorrupción en el año 1995 cuando se creó esta Fiscalía especializada. Ha sido la persona en la que José Manuel Maza ha depositado su confianza en esta ocasión para uno de los cargos más delicados de la Carrera Fiscal. Luzón acometerá cambios en Anticorrupción pero los hará con templaza y mesura. La 'era Moix' queda atrás.

"En realidad, el fiscal General del Estado es el jefe de la Fiscalía Anticorrupción". Esta frase la escribió el recién elegido jefe de la Fiscalía especializada en la Lucha contra la Corrupción y el Crimen Organizado, Alejandro Luzón, en el plan de actuación que presentó ante el Consejo Fiscal antes de ser nombrado para dirigir la Fiscalía más sensible de nuestro país.

La oración no tendría más trascendencia si de ella no se desprendiese el claro concepto que Luzón tiene de la Carrera Fiscal: el principio jerárquico, presente siempre. Lealtad a sus superiores ante todo. "El fiscal jefe Anticorrupción debe mantener una permanente comunicación con el fiscal General del Estado, basada en la lealtad, informándole con la máxima diligencia del desarrollo de aquellas investigaciones y procedimientos que revistan importancia o trascendencia, ya sea jurídica o mediática", añadió no en vano en su proyecto.

De ahí, que este valor, junto con el arraigado principio de legalidad y unidad de actuación que defiende este fiscal de 53 años, hicieran al fiscal general del Estado José Manuel Maza saber que, en esta ocasión, el elegido para un cargo tan delicado debía ser el fiscal del caso Bankia, las tarjetas black, Afinsa, Roldán o el caso Tabacalera.

También es verdad que en la decisión de Maza pesó el ser consciente que, tras la 'era Moix', tocaba pacificar Anticorrupción y reconciliarse con la Carrera Fiscal. No más sustos ni más sobresaltos. Hay que hacer cambios –en eso coinciden los dos- pero con mano izquierda y mesura.

Trabajar en equipo

Quienes le conocen aseguran que Alejandro Luzón es un hombre templado, coherente y discreto. Madrileño, casado y padre de un niño, hijo y hermano de fiscales, apasionado de las motos, es fiscal por vocación. Ingresó como miembro de la plantilla de Anticorrupción en el año 1995 –hecho del que se siente orgulloso- y desde entonces por sus manos han pasado algunos de los casos más delicados que se han investigado en dicha Fiscalía. El resultado obtenido por este mesurado fiscal ha sido cum laude: en todas las causas donde a lo largo de su carrera ha sido designado para investigar a los 'malos', estos han acabado condenados. Cien por cien de éxitos.

Además, quienes han trabajado con él codo con codo en Anticorrupción han celebrado su designación, entre otras cosas, por el concepto de Fiscalía que tiene Luzón. "Cualquier proyecto no es más que la suma de las fuerzas del equipo que lo compone", recalcaba en su plan de actuación este fiscal.

Entre los cambios que tratará de abordar este fiscal se encuentra el tratar de acortar la duración de los procedimientos –tanto los que están judicializados como los que todavía no- "mediante su adecuado seguimiento y control". Intentará mejorar el funcionamiento de Anticorrupción pero lo hará con calma. Primero, se reunirá con la plantilla y estudiará a fondo cada cuestión que sus miembros le planteen. Luego, en su condición de jefe, decidirá y tendrá la última palabra en los mismos. Pero sin exabruptos. Sin una palabra más alta que otra. Sin hacer ruido. Al estilo Alejandro Luzón.

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