El empresario mexicano Allen Sanginés-Krause se deshizo en diciembre del año pasado de sus principales inversiones en España al vender las acciones que tenía en la compañía de su país RLH Properties, la matriz propietaria del hotel Villa Magna. Dicha venta se produjo unas semanas después de que la Fiscalía abriese una investigación sobre el presunto uso de tarjetas bancarias opacas por parte del rey Juan Carlos I con dinero del propio Sanginés-Krause.
RLH Properties compró el Villa Magna, uno de los hoteles más lujosos de Madrid, en diciembre de 2018. Fuentes de la compañía subrayan a Vozpópuli que Sanginés-Krause no participó en aquella operación financiera y que fue a posteriori cuando ocupó el cargo de "presidente no ejecutivo", aunque en comunicados de prensa y en el Registro Mercantil se le cita directamente como "presidente".
Este amigo cercano al rey emérito tuvo una participación de un máximo del 2% en RLH Properties. Se desprendió de dichas acciones en diciembre de 2019, una decisión que fue ratificada en marzo de este año por la Junta de Accionistas y publicada en el Registro Mercantil el pasado mes de mayo, pues la empresa cotiza en la Bolsa mexicana.
La Fiscalía Anticorrupción solicitó hace unas semanas una prórroga para continuar con las diligencias de investigación que había iniciado en 2019 respecto al Emérito y otros familiares en relación con estos pagos realizados mediante 'tarjetas black'. El asunto, no obstante, pasó a ser asumido este martes por la Fiscalía del Tribunal Supremo por orden directa de la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, en un nuevo episodio del pulso con Anticorrupción.
La investigación arrancó a raíz de una denuncia de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales (Sepblac) respecto de los movimientos de una cuenta a nombre de un militar, el teniente coronel del Ejército del Aire Nicolás Murga Mendoza, y habían llevado a sospechar que el origen del dinero que habría sido empleado en gastos de Juan Carlos I y otros familiares procedería Sanginés-Krause.
Según el artículo 5 del Estatuto Fiscal, las diligencias de investigación de la Fiscalía, que constituyen pesquisas aún no judicializadas, deben tener un máximo de duración de 12 meses, "salvo prórroga acordada mediante Decreto motivado del Fiscal General del Estado", según recordó este miércoles Europa Press.
Este hecho supone que Anticorrupción inició sus pesquisas en septiembre u octubre del año pasado. Además, se sabe por fuentes de la Fiscalía que tanto Sanginés-Krause como el coronel del Ejército del Aire, que ahora se encuentra en la reserva, fueron citados a declarar por este caso, aunque se desconoce en qué fechas.
En todo caso, apenas unas semanas después de que Anticorrupción abriese su investigación, el empresario mexicano se desprendió de sus activos más significativos en España.
Su gran negocio en España
La cotizada RLH Properties creó una sociedad en España, Winfeel Invest S.L., en septiembre de 2018, apenas dos meses antes de comprar el lujoso hotel madrileño, gestionado a través de otra sociedad denominada Hotel Villa Magna S.L. En ambas sociedades se nombró como presidente y consejero a Sanginés-Krause, y en ambas cesó de estos cargos en mayo de este año, según consta en el Registro Mercantil.
El consejero delegado de RLH Properties, Borja Escalada Jiménez, explicó entonces a Vozpópuli que la salida del multimillonario de ambas sociedades en España se debía a que había "dejado la compañía" matriz (RLH Properties) y había vendido la totalidad de su participación en la misma.
El CEO de la multinacional también aseguró entonces que "Sanginés-Krause había mantenido una participación muy minoritaria en RLH Properties y ninguna participación directa en Hotel Villa Magna", sólo la que le correspondía a través de sus acciones en la matriz.
El emblemático hotel es uno de los principales activos del grupo, junto al Four Seasons de la Ciudad de México y el complejo turístico de lujo Mayakoba en el país caribeño -que incluye cuatro hoteles y el campo de golf 'El Camaleón'-, adquirido a OHL por alrededor de 200 millones.
El hotel, en beneficios récord
La salida de Sanginés-Krause se produjo en un momento de pleno apogeo para la compañía en España, puesto que en 2019 Hotel Villa Magna S.L. reportó unos beneficios récord para la compañía de 5,2 millones de euros, frente a los 1,9 millones de 2018, cuando RLH se hizo con el hotel.
Además, la facturación aumentó en cuatro millones sólo en ese año, pasando de los 31,9 millones de euros en 2018 a los 35,8 millones en el siguiente ejercicio, según las cuentas depositadas en el registro mercantil y consultadas por este medio a través de la plataforma Insight View.
Por otro lado, en Winfeel Invest S.L, la sociedad con la que se realizó la operación de compra del hotel, pasó a llamarse Nilaya Properties en junio de 2019 y se registraron dos ampliaciones de capital apenas seis meses antes de la salida del multimillonario mexicano de la matriz (y consecuentemente de estas filiales en España) por un valor total de 34,2 millones de euros.
No obstante, Vozpópuli ha podido comprobar en el registro mercantil que Sanginés-Krause todavía está presente en al menos cuatro sociedades españolas: Asiru Inversiones S.A., con 5 millones de euros de capital social y de la que es socio único; Sanlua Inversiones S.L., con 1,5 millones de capital social y de la que es presidente y consejero; Global Endor, con 1,5 millones de capital y de la que es presidente desde 2017.
Todas estas tienen como denominador común el domicilio en el que están registradas, en la plaza de la Lealtad de Madrid, ubicada en el paseo del Prado. También coinciden en su actividad, la compraventa de bienes inmobiliarios por cuenta propia.
Sanginés-Krause también figura como consejero en la sociedad Boyton Invest S.L., de la que es presidente Santiago Aguirre Gil de Biedma, hermano de Esperanza Aguirre y presidente del grupo inmobiliario Savills Aguirre Newman. Este medio no ha podido contrastar las cuentas de ninguna de las compañías al no figurar como registradas, según ha podido ver a través de la herramienta Insight View.
Posible blanqueo de capitales
Expertos jurídicos señalan que las conductas investigadas, en el caso de confirmarse, podrían encajar en blanqueo de capitales, en el caso de que el empresario resultara ser testaferro del exmonarca, o incluso en cohecho si el dinero hubiera sido aportado por éste como pago a la obtención de un determinado beneficio económico o empresarial.
Sobre un posible delito fiscal, las mismas fuentes lo ven más complicado pues las cantidades aportadas deberían ser muy altas -deben generar un desfalco a Hacienda superior a a los 120.000 euros-, y eso en el caso de que el supuesto pagador no hubiera cumplido con sus obligaciones en su país de origen.