Se suponía que, además de liquidar las deudas del pasado, el Plan de Pago a Proveedores serviría de correctivo para las entidades locales y autonómicas más morosas del país. Como bien saben las grandes patronales, una de ellas viene siendo desde hace tiempo la villa de Madrid, que fue la ciudad que más financiación solicitó del citado plan: mil millones de euros. Pero su alcaldesa, Ana Botella, parece empeñada en devolver a la capital su condición de eterna mal pagadora: tras el plan de pago a proveedores, el Ayuntamiento de Madrid no ha vuelto a abonar un euro a las entidades que contrata para la limpieza de sus calles, así como otros menesteres de índole local. El correctivo ha fracasado.
Concretamente, Botella adeuda la friolera de ocho meses a sus proveedores, denuncian irritadas muchas de las empresas con las que ha podido contactar este medio. Nadie quiere aparecer citado, pero es sabido que las principales perjudicadas son las grandes (ACS, Ferrovial, Acciona, FCC, Sacyr y OHL), todas proveedoras de servicios a lo largo y ancho de la geografía española. No obstante, la regidora las ha prometido recientemente el pago inmediato de dos meses, por lo que la cosa quedaría en seis meses. Es decir, 300 millones de euros tirando por lo bajo.
Se suponía que el plan iba a ser un correctivo para encarar mejor futuras deudas. El correctivo ha fracasado para la capital.
“Esto parece un cachondeo”, relata un afectado. “Entendemos que las arcas están vacías y que la situación en muchos consistorios es un desastre. Por ejemplo, en Andalucía los ayuntamientos atraviesan un momento caótico. Pero lo de Madrid no es normal”. Otros recuerdan que Barcelona, a diferencia de la capital, viene siendo una urbe modélica desde hace mucho tiempo en el pago a proveedores.
Para este año, el alcalde barcelonés, Xavier Trías, prometió reducir de 45 a 30 días la tardanza en los pagos. Una octava parte que Madrid, y todo ello pese a los problemas de déficit y deuda, superior a 40.000 millones, que surcan Cataluña y que han avivado un fuerte sentimiento nacionalista en esta comunidad.
Presentado en febrero, el plan de proveedores venció en junio, con el ingreso del periodo veraniego. Se acogieron a él en torno a 1.500 municipios que reclamaron unos 6.000 millones de euros (las Comunidades Autónomas rondaron los 20.000 millones de euros). Nadie pidió más que Madrid. Montoro aseguró que con él se han salvado más de 100.000 empleos. Pero para las empresas que trabajan en la capital, puede que la morosidad acabe con muchos de ellos.
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