La opinión más compartida en estos momentos en el PP es que Ana Botella no va a tener fácil su resurrección política, pues Madrid no es una plaza cualquiera y Mariano Rajoy está obligado a jugar fuerte en ella con independencia del apoyo que el presidente ha dado tanto a la alcaldesa como al presidente Ignacio González en las primeras horas de la capilla ardiente oficiada el sábado en Buenos Aires. “La única consecuencia que debe tener [la no obtención de la candidatura olímpica] es perseverar en la batalla y no rendirse nunca”, balbuceó el presidente en auxilio de dos de los principales protagonistas del estropicio.
En el PP madrileño se opina que aunque las cosas se hubieran dado la vuelta y Ana Botella volviera de Argentina con los Juegos bajo el brazo, sus posibilidades de auparse al cartel electoral en las municipales de 2015 también hubieran sido francamente limitadas. Dos son las razones que jugaban y ahora operan con mayor fuerza en su contra: su falta de sintonía con las familias de mayor peso en el partido y la pérdida de pie en todas las encuestas, donde las posibilidades de gestionar una segunda legislatura se ven condicionadas por el respaldo que pudiera ofrecerle, en el mejor de los casos, el partido de Rosa Díez.
La falta de sintonía con las principales familias del PP y la pérdida de pie en todas las encuestas, precipitarán su relevo electoral, aseguran fuentes del partido en Madrid
“Ana no ha conseguido ni siquiera empatía con nuestros propios votantes y eso es algo que hay que tener muy en cuenta en la elección del cartel electoral porque si no acertamos en ella, podemos enterrar dos décadas de gobierno en Madrid y, lo que es más importante todavía para todo el partido y para el país, cosechar un fracaso en las próximas legislativas dando paso a un ‘pentapartido’ gestionado por el PSOE”, resume un destacado alto cargo del Gobierno preocupado ahora por las posibles dudas que puedan conducir a Mariano Rajoy “a no actuar con urgencia y decisión”.
En el PP predomina la opinión de que la última palabra sobre el cartel madrileño la tendrá el presidente. En los últimos meses, las únicas opiniones favorables a la alcaldesa las ha recibido Rajoy de un ministro del equipo económico, satisfecho con la disciplina fiscal que Botella ha impuesto en el Ayuntamiento para reducir los 7.000 millones de euros de deuda que le dejó en herencia Alberto Ruiz Gallardón. De acuerdo a lo que establece el vigente Plan Económico y Fiscal 2012-2016 del Ayuntamiento, el próximo ejercicio debería cerrarse en equilibrio para adelgazar la deuda municipal hasta poco más de 3.000 millones al final de la legislatura. La pretendida austeridad la ha querido llevar Botella hasta extremos inimaginables. Los propietarios de un restaurante al que solía acudir a comer con sus colaboradores cuando ejercía como concejala de Medio Ambiente se quejan de que pagaba con meses de retraso debido a todos los filtros internos por los que tenían que pasar las facturas. El mesón ha cerrado.
La alcaldesa quiere reducir a menos de la mitad la deuda de 7.000 millones que heredó de Ruiz-Gallardón, algo que se valora en un sector del Gobierno
“Tomar asiento en el Palacio de Correos en 2016 puede ser un chollo para cualquiera con ambición de mejorar Madrid ya que va a encontrarse con unas cuentas bastante saneadas. Es algo que hay que poner en valor, al margen de las decisiones de naturaleza política sobre el futuro candidato a la Alcaldía”, comentan fuentes del Gobierno.
Sin embargo, son estas últimas consideraciones las que muy probablemente van a prevalecer en el previsible descarte de Ana Botella como candidata pues las encuestas más serias no dejan lugar a dudas sobre las dificultades difícilmente superables que encontraría el PP para repetir mayoría absoluta en la capital si no cambia de caballo. En uno de los sondeos llegado en mayo pasado a los cuarteles generales de los dos principales partidos se reflejaba que el PP perdía media docena de concejales en el Ayuntamiento y quedaba a cuatro de la mayoría absoluta, resultado que dejaba la llave del palacete de Correos en manos de UPyD. La foto electoral pinta rematadamente mal para el PP, sobre todo si se tiene en cuenta que en las últimas municipales, con Ruiz-Gallardón como cabeza de cartel, el PP le sacó más de 392.000 votos al PSOE, casi 27 puntos de diferencia, después de obtener el 49% de los sufragios.
La foto electoral para el PP pinta mal en Madrid, donde le urge un candidato que conecte de nuevo con sus votantes para revalidar la mayoría absoluta
Fuentes del PP añaden que no hay que perder de vista a José María Aznar en los movimientos que a partir de ahora haga su mujer una vez compruebe cómo reacciona su partido al fiasco olímpico. El expresidente del Gobierno jugó un papel principal en atornillar a Botella en la Alcaldía cuando ella misma estuvo a punto de tirar la toalla en plena cresta del escándalo Madrid-Arena, pero en Génova, 13, son mayoría los que concluyen que el propio Aznar será quien termine propiciando una “retirada discreta” de Ana Botella antes de arriesgarse a que su concurrencia a las urnas acabe en una flagelación mutua que castigue aún más el menguante prestigio de la pareja.
En el PP se da también por hecho que el PSOE intentará recobrar pronto el pulso en Madrid, consciente de la batalla interna a la que puede abocar en las filas conservadoras la posible aspiración de Pío García Escudero, de la convaleciente Cristina Cifuentes e incluso, de Esperanza Aguirre, aunque esta última lo niega, a conseguir el bastón de mando municipal. “Antes de que conociéramos la ciudad ganadora de los Juegos sabíamos que Ana Botella estaba políticamente acabada. Ella confiaba en resucitar, pero ahora le va a resultar imposible por lo que las cosas quedan como estaban. En el partido deberíamos darnos prisa para elegir un candidato con mucho tirón pues para nosotros las próximas elecciones municipales van a ser una oportunidad única en Madrid y la capital es una plataforma imprescindible para ganar las generales”, asegura un conocido dirigente del PSOE madrileño.
La influencia de Aznar se considera clave en la actitud de Botella, después de evitar que tirara la toalla en plena cresta del escándalo Madrid Arena
Si en algo coinciden el PP y los socialistas de la capital es que el “cup of café con leche in Plaza Mayor” de Ana Botella lo tendrá que acabar degustando ella sola, todo lo más con una parroquia de fieles cada vez más reducida.
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