En 2008, Ana Torme explotó. El PP se preparaba para otra amarga legislatura en la oposición al Gobierno de Zapatero. Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría venían dispuestos a revolucionar el partido cayera quien cayera. A desarbolar las viejas lealtades y desmantelar sus caducas estructuras: la formación estaba en crisis.
El apellido de Torme está vinculado al de Pujalte y Trillo en varios casos que investiga la Justicia
Fue entonces cuando Torme (Valladolid, 1965) levantó la voz para reprochar a Rajoy (y a Sáenz de Santamaría) la manera en que estaba llevando a cabo los cambios en el partido. Torme, una zaplanista de toda la vida, se elevó en conciencia moral de un sector en reflujo en el PP: el de la vieja guardia de Aznar que conspiró abiertamente contra los marianistas.
Seis años después, Torme –que fue diputada en cuatro legislaturas y también senadora– ha sido denunciada por la Fiscalía por simular pagos de diferentes empresas por servicios inexistentes. En la misma denuncia, que detalla delitos de cohecho y falsedad, también aparecen los nombres de pesos pesados del PP, entre ellos Vicente Martínez Pujalte.
No es la primera vez que el apellido Torme aparece en los medios por casos relacionados con Hacienda y la Justicia, y además vinculado también a Pujalte y al exministro de Defensa –hoy embajador en Reino Unido– Federico Trillo. Los tres cobraron, mientras eran diputados, cerca de medio millón de euros de una constructora.
Una diputada prudente y discreta
A Torme –diputada muy discreta que apenas subió a la tribuna de oradores durante sus años en el Congreso y pasó completamente desapercibida en el Senado, donde apenas consta una pregunta a su nombre– solo se le conoce un intento de lograr un cargo relevante.
Ana Torme anheló el goloso puesto de Directora General de la Policía, pero fracasó en el intento
Anheló el goloso puesto de Directora General de la Policía, pero fracasó en el intento. Tras 21 años en política –comenzó siendo secretaria regional de la Junta de Castilla y León en 1994–, Torme abandonó en diciembre del año pasado las instituciones por la puerta de atrás y retomó su antigua plaza como funcionaria del Cuerpo Superior de la Administración de Castilla y León.
Ana Torme perteneció al núcleo duro del PP aznarista –fue portavoz adjunta del equipo de Eduardo Zaplana– tanto por adscripción puramente territorial, comenzó su carrera política en Valladolid, como por ideología.
Su habitual y característica discreción solo se vio alterada por el debate del derecho al aborto durante los años de gobierno socialista. Torme llegó incluso a comparar, en un artículo escrito en prensa (de los pocos que se le conocen), las tesis abortistas del Ejecutivo de ZP con las consideraciones penales del jurista alemán Karl Binding que fueron usadas con posterioridad por Hitler para sus delirios eugenésicos.