Podemos salió herido del primer experimento de frente amplio en Andalucía. Los morados no figuran oficialmente en el registro de la coalición que integran Izquierda Unida, Más País, Equo e Iniciativa del Pueblo Andaluz. Y todo por un "error material" que, eso sí, no les impedirá ser parte de 'Por Andalucía'. Pese a ello, la "vergüenza", como definió Iglesias el lío del Sur, cuestiona el papel de Lilith Verstrynge a los mandos de la secretaría de organización de Podemos.
Lo cierto es que algunos sectores del partido consultados por Vozpópuli critican la cerrazón de Verstrynge, que tuteló las negociaciones desde Madrid, para imponer al diputado morado en el Congreso Juan Antonio Delgado. Podemos no cedió hasta última hora y lo hizo porque intervino la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en favor de Inmaculada Nieto, la coordinadora de Unidas Podemos. La nueva dirección se ha esforzado desde que llegó por controlar e impulsar los territorios. Y eso implica, forzosamente, cambios.
"Es que Podemos no es jacobino, es que es otra cosa... Y nosotros tenemos poca relación con la estructura. Cuando estaba Alberto Rodríguez había alguna reunión. Pero estamos en un periodo clave. Y nada de nada. Cada vez que hay alguien que choca mínimamente con esta dirección se lo acaban cargando. Y encima con el mismo modus operandi siempre: mandar allí a alguien afín a cubrir el hueco", explica un cargo morado en una dirección autonómica que pide anonimato.
La debilidad morada
No obstante, fuentes oficiales del partido reiteran que Verstrynge, exasesora de Pablo Iglesias en la vicepresidencia segunda, cuenta con el respaldo del alto mando morado. "Lilith está haciendo un gran trabajo. Ella se desplazó a Andalucía varias veces y se ha implicado mucho en el proceso que se ha celebrado allí. Y cedió cuando tocó, pero defendió los intereses del partido como debe hacerlo toda una secretaria de organización", zanjan estas fuentes.
No obstante, una fuente que en su día tuvo altas responsabilidades y que también pide anonimato explica cómo funciona el sistema de desavenencia entre una facción del partido y la dirección en Madrid, en la que cocina Verstrynge: "La gente que tiene conflictos con el aparato suele dejar de donar y eso es lo peor que se puede hacer". El último caso es de la consejera de Igualdad de La Rioja, Raquel Romero.
En verdad, la desaparición de Podemos del Parlamento gallego y el único procurador que logró en Castilla y León evidencian que elección tras elección, el partido liderado por Ione Belarra pierde cada vez más fuerza en las comunidades autónomas y en los ayuntamientos. La dirección es consciente de esta debilidad. Por eso, lleva tiempo impulsando la implantación territorial del partido. Es más, la secretaria general, Ione Belarra y su 'numero dos' Irene Montero anunciaron la puesta en marcha de una nueva estructura municipalista con el objetivo de "revivir" lo que fueron los famosos círculos.
El papel de Yolanda
Pese al mosqueo de algunos sectores de Podemos con Verstrynge, los morados saben que fue Yolanda Díaz quien fijó las condiciones del frente amplio. Tanto ella como su equipo siguieron de cerca las negociaciones. Durante varios meses se cruzaron llamadas y mensajes para conocer el estado del acuerdo. Ahora, el sector a la izquierda del PSOE espera una implicación mayor de Yolanda Díaz en la campaña. Y es que la vicepresidenta segunda considera la plaza andaluza una pieza muy importante, puesto que en ella convergen también sus propios intereses.
El problema es que la titular de Trabajo de desvinculó este lunes del lío del Sur. La titular de Trabajo se esforzó en recordar que el proyecto al Sur de Despeñaperros no es el primer test de su plataforma, mientras que los morados reivindicaron lo contrario. "[El proceso de escucha] nada tiene que ver con lo que hemos visto estos días", lanzó Díaz. El cabreo en Podemos fue de órdago, porque la ven corresponsable del lío. Pero algunos cargos morados piden hacer autocrítica. Y, por eso, miran a Verstrynge.
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