Las conversaciones entre PSOE y IU para cerrar un gobierno de coalición en Andalucía han comenzado ya. Oficialmente era necesaria la autorización de la Comisión Ejecutiva Regional del PSOE-A, pero el presidente andaluz, José Antonio Griñán, y el coordinador de IU en Andalucía han hablado ya en tres ocasiones desde la noche electoral, según fuentes socialistas.
Habrá una número tres socialista
La única premisa que oficialmente admiten los socialistas es la que ha planteado públicamente José Antonio Griñán: “"El próximo Gobierno habrá de ser paritario". El comentario de política general puede tener nombres particulares en mente: si hay un vicepresidente de Izquierda Unida, debiera haber una vicepresidenta o consejera de gobernación socialista. Eso significa que Micaela Navarro o la hasta ahora consejera de Sanidad, María Jesús Montero, pueden ascender en el nuevo Ejecutivo, confirman fuentes socialistas.
Más allá del discurso oficial, los socialistas sí hablan de varias ideas claras con las que trabajan antes de pactar: pretenden retener la consejería de Economía y las que tienen mayor carga social como la de Sanidad o Educación. Ésas pueden ser las carteras que definan la línea del nuevo ejecutivo regional frente a las del Gobierno de Rajoy en Madrid. A cambio, admiten que Izquierda Unida podría optar a cinco consejerías de un gobierno que, en la actualidad, tiene quince.
Las bazas de Izquierda Unida
Por su parte, Izquierda Unida condiciona cualquier pacto a la aceptación de los compromisos de su programa y ha advertido de que todavía "no hay nada escrito, salvo que IU y PP son agua y aceite", pero el PSOE "también tiene parte de agua, por no decir de aceite", concluyó ayer Diego Valderas. El objetivo y el calendario están ya claros: se pretende cerrar un gobierno de coalición “estable” mediante un pacto que se ultimará durante la Semana Santa para que pueda empezar a funcionar a partir de la sesión de investidura del parlamento regional, el próximo 19 de abril.