2024 es el año de los mejores registros turísticos y el verano también lo es en España. Este sueño dorado tiene sus sombras y algunas se proyectan en Andalucía. El análisis de los datos es extenso, las métricas nadan en la abundancia, pero hay una evidencia: Andalucía se llena de viajeros extranjeros mientras que los nacionales viajan a Galicia.
Desde la Federación Andaluza de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Fahat) confirman las sensaciones, "ninguno de los meses de junio, julio y agosto han llegado a obtener las cifras de ocupación del año pasado”. Respecto a 2023, hay un descenso de 3.74 puntos porcentuales, una anomalía en un sector que rebasa sus récords continuamente.
“No soy alarmista, llevamos muchos años creciendo y hay otras variables que afectan”, explica Rafael Barba, pero la pérdida de fuelle en los veraneantes nacionales es elocuente, un 13% menos en julio. “Por suerte, los viajeros internacionales han paliado esa pérdida”, desde Fahat destacan el rol creciente del turismo portugués.
Los motivos de este cambio en las tendencias apuntan al aumento de los precios o a la presencia del calor. Copérnicus acaba de confirmar que estamos ante el verano más caluroso, de hecho, la localidad malagueña de Álora ostenta el récord de la máxima temperatura de agosto con 44.3º. La migración climática afecta a las vacaciones, los andaluces quieren descansar de un calor que se ceba con ellos durante más y más meses.
No obstante, Barba desecha el calor como una variable que menoscabe al turismo, “precisamente cuando mejor funcionamos es cuando suben las temperaturas”. Pero, de nuevo, ese comportamiento parece señalar a viajeros nórdicos. Los datos del INE revelan que A Coruña, Lugo o Asturias son algunas de las provincias con mayor crecimiento turístico de viajero nacional.
Los efectos de la inflación
España ha batido récord en cantidad de turistas, pero también en cuánto han gastado, que para el sector es más relevante. El primer semestre registró el mejor gasto promedio por viajero de la historia. Y eso, a pesar de la inflación que implica el aumento de los costes y de los precios. Respecto a la Hostelería, a nivel nacional, la mayoría del sector afirma que la recaudación ha bajado en los meses de verano.
Hostelería de España, en su balance afirma que “la mayor contención del gasto se aprecia especialmente en el cliente habitual y el turista nacional”. Así, el paisaje coincide. Los precios se encarecen, algo a lo que responde el viajero internacional, con más poder adquisitivo.
Málaga es un ejemplo significativo. En el barómetro del sector hotelero empezó el año liderando el ránking de ocupación, con Marbella como punta de lanza en lo que refiere al incremento de precios hoteleros, el destino que más se encarece. Pero, en general, esa influencia afecta al nivel de vida de los locales.
Un reciente estudio de la consultora privada Kelisto colocó a Málaga como la quinta ciudad más cara para vivir en España; no obstante, ocupa el puesto número 46 en el nivel de renta media, convirtiéndose en una ciudad más vivible para el visitante. También desde Almería, los hosteleros de la provincia nos confirman la tendencia. Igualmente dependientes del sol y playa o, cada vez más, el sun & beach, confirman la sensación general, el calor está afectando al viajero, “el turismo nacional ha tocado techo”. Algo está cambiando en el horizonte andaluz
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