La Royal Navy había alojado en un conocido hotel de cuatro estrellas, a escasos metros del puesto de control que separa La Línea y Gibraltar, a cuatro militares británicos, entre ellos un capitán y un cabo, que han sido expulsados por las autoridades españolas.
Los cuatro militares, según ha confirmado Europa Sur, habían llegado horas antes al aeropuerto de Gibraltar a bordo de un vuelo civil para participar posiblemente en unas maniobras que lleva a cabo la Royal Navy estos días en las aguas que rodean al Peñón.
Sin embargo, los cuatro fueron expulsados y devueltos a Gibraltar la noche de este pasado lunes ya que estos no cumplían los requisitos de entrada en España que se establecen en el Código de Fronteras Schengen para los extracomunitarios
Tras aterrizar su avión, entraron en España y fueron hospedados en el hotel. Sin embargo, las autoridades españolas, al tener conocimiento de que la estancia se había producido de forma irregular, los ha localizado y llevado de vuelta a la Roca al filo de la medianoche.
Se acaba el privilegio de Gibraltar
Los nacionales británicos deben identificarse con su pasaporte y están exentos de visado, aunque, como ciudadanos de un país ajeno a la UE, deben cumplir con los requisitos de entrada establecidos en el Código de Fronteras Schengen: deben justificar el objeto de su visita, las condiciones de la estancia prevista -con una reserva de hotel, por ejemplo- y demostrar que tienen medios de subsistencia suficientes, tanto para el período de estancia previsto como para el regreso. La estancia no podrá superar los 90 días por periodo de 180, sea en una o en varias visitas.
Hasta finales de 2023, esas condiciones no regían para los gibraltareños, que gozaban de un privilegio, no escrito, concedido unilateralmente por España como gesto de buena voluntad y que suponía una excepción en la UE en la aplicación del Código de Fronteras Schengen.
La devolución a Gibraltar de los militares tiene lugar en pleno proceso de negociación del tratado llamado a regir las relaciones entre Gibraltar y la UE tras el Brexit, que aún no se ha cerrado tras varios años de diálogo. Las conversaciones deben fructificar antes de las elecciones europeas que se celebran el próximo junio, tras la que es previsible que haya cambios en la delegación europea.
No han ayudado los últimos conflictos de los pescadores españoles con la roca, y el acoso que sufren cada día todas las embarcaciones gaditanas por parte de los gibraltareños, por ello, este hecho no hace más que tensionar unas relaciones que tienen poco margen de maniobra, ya que antes de las elecciones europeas si no hay acuerdo, la relación entre Gibraltar y el sur de España pueden ser aún peores.
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