Un tiroteo atronó las calles de la barriada de El Torrejón en Huelva el pasado fin de semana. Cuando la Policía acudió a la zona, alertada por las llamadas al 112, todo había concluido. Los uniformados no hallaron indicios o heridos. Pero no es la primera vez que sucede, el martes 10 otro tiroteo dejó un muerto y dos heridos.
La Policía y los testimonios de los vecinos revelan que estos brotes de violencia tendrían que ver con las rencillas entre dos familias. A preguntas de Vozpópuli, vecinos y trabajadores de la barriada asumen vivir en un entorno problemático. Pero el escenario que están viviendo es inédito, “esto nunca se había visto”.
La subdelegada del Gobierno en Huelva, María José Rico, se afana por transmitir "tranquilidad y calma". No hay más detalles, hay decretado secreto de sumario y todas las líneas de investigación están abiertas. “Hemos reforzado la presencia policial en todos los turnos, estamos tratando de mantener relación con los patriarcas de las zonas para intentar calmar los ánimos.”
La Policía Judicial y la Nacional llevan a cabo pesquisas contando además con la colaboración de la Policía Local. Por su parte, la alcaldesa onubense, Pilar Miranda, solicita la creación de una Junta Local de Seguridad urgente por la situación en El Torrejón.
“Nunca habíamos vivido algo así”
“Llevo toda la vida en la zona, pero algo así nunca se había oído, y mucho menos en tan poco tiempo”, nos cuenta Dani Vérum, de la Asociación CEIJA - Centro Escénico Infantil y Juvenil de Andalucía- que imparte con carácter social clases y agenda actividades de interpretación entre las familias de la barriada.
Vérum comparte la sorpresa del barrio ante la virulencia de los últimos altercados. Se confiesa asustado, pero explica que el barrio no es tan peligroso, o no lo era hasta ahora. “Es un sitio que en los 90, por la droga, sí fue peligroso, pero a día de hoy puedes pasear por él”, reseña el intérprete, con varios alumnos de la zona de las flores, las calles con nombres primaverales donde acaecieron los tiroteos: calle Gladiolo o Plaza Violeta.
“No todo el barrio es peligroso, ojalá esto solo se circunscriba a las dos familias afectadas”, dice. Otra persona que conoce bien el barrio es Fátima Zohayr, de la Asociación AMIA. Su reacción es la misma, “este es un sitio conflictivo, pero de ahí a vivir un tiroteo así hay mucho. Llevamos días con la persiana echada y muertos de miedo”, confiesa.
AMIA reparte comidas y asistencia entre la población migrante. Fátima nos dice que muchas familias migrantes se han quedado en sus casas aterradas por los disparos “durante tres días y sin venir a por su comida”. Fátima, que lleva en Huelva desde el 97, tampoco había vivido algo así.
Las voces consultadas tratan de quitar el estigma a la barriada. Se trata de una zona de Huelva no especialmente extensa. Varias de las personas consultadas –la mayoría no quieren ser mencionadas- definen la barriada como diversa, con vecinos de etnia gitana, mucha inmigración, pero, sobre todo, familias que llevan generaciones en la zona.
Sobre los tiroteos, a la espera de que las investigaciones oficiales dicten una resolución, la rumorología circunscribe la violencia a un ajuste de cuentas familiar entre dos hermanos contra su cuñado, que estaría presuntamente maltratando a la hermana de los primeros. Los dos hermanos son las víctimas. Uno falleció en el tiroteo y el otro estaría malherido. El responsable, siempre según los vecinos, no ha sido atrapado. Queda mucho para que la primavera llegue al barrio de las flores de Huelva.
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