La deuda de las comunidades autónomas emerge como la zanahoria para que muchas comunidades acepten seguir al Ejecutivo en su senda hacia un nuevo marco de financiación federal. En Andalucía, voces de la izquierda tratan de emplazar en debate de financiación en torno a la quita de la deuda. IU hoy y PSOE ya vienen abriendo camino.
Pero la Junta de Andalucía del Partido Popular se muestra reacia. La única manera de reformular el marco de financiación y de definir el grado de singularidades está en la vía institucional: o a través del Consejo de Política Fiscal y Financiera, o en todo caso, a través de la convocatoria de la Conferencia de presidentes autonómicos, ese ente al que el Ejecutivo parece tener alergia, sobre todo desde la última ronda de elecciones autonómicas.
Este lunes, desde IU defienden la quita de deuda de las comunidades para desarrollar su visión federal. Para el coordinador de IU, Antonio Maíllo, la reforma de la financiación autonómica y local "no puede esperar más", siendo la quita de la deuda la base del debate, obviando la comparativa entre territorios o el posible agravio de Cataluña con Andalucía.
Desde IU detallan que para que la quita sea "veraz, real y tenga consecuencias" debe haber condicionalidad de que ese dinero se destine a servicios públicos de la comunidad autónoma, y no a “regalos fiscales” a las clases más acomodadas. De hecho, para que no haya trampas, propone que se incorpore una adenda al acuerdo entre el PSOE y ERC que explicite la quita de deuda condicionada.
1.500 millones al año para servicios públicos
La semana pasada era el secretario general de los socialistas andaluces el que ponía en portada sobre el cupo-NO-cupo la posibilidad de la quita de la deuda autonómica. Juan Espadas respondía a los 30 mil millones que la Junta anunciaba costaría la financiación catalana a los andaluces con otra cifra: 1.500 millones de euros cada año, destinados a servicios públicos.
“Con eliminar la deuda y que la asumiera el Estado”, aseguró Espadas en la radio pública andaluza, “ganaríamos 1.500 millones de euros, solo con los intereses que nos ahorramos”, espetando a los de Moreno Bonilla, “¿por qué no quieren sentarse a negociar?”.
Desde el PSOE andaluz enfatizan que el Estatuto de autonomía ya contempla la autonomía fiscal y evitando pronunciarse o defender el acuerdo de PSC y ERC -”esa defensa la harán los que han firmado el acuerdo”- enmarcando el debate en la quita de la deuda andaluza: “quiero lo mismo en términos de condonación de deuda”.
Pero incluso, reduciendo el debate a la quita de la deuda, Cataluña sigue resultando beneficiada. Según FEDEA, la deuda andaluza en 2024 ronda los 40 mil millones de euros. Esta cifra en Cataluña es más del doble: 89.514 millones de euros.
“No vamos a aceptar un debate en estos términos”, ha sentenciado Moreno Bonilla, que ni siquiera entra al envite del bloque de la izquierda, aludiendo que Andalucía no tiene la misma estructura económica, social ni de infraestructuras que Cataluña.
Por lo tanto, no hay bilateralidad en debate, sino multilateralidad. Lo evidencian los presidentes del PP, que salen con un cierre de filas de su última reunión en Madrid, más allá de los ruegos de Isabel Díaz Ayuso de no reunirse con Sánchez. Moreno Bonilla afirma que sí se reunirá con Sánchez, pero no para hablar de financiación. La respuesta de los populares es monolítica y remite a la arquitectura institucional: Consejo de Política Fiscal y Financiera, o en todo caso, a través de la convocatoria de la Conferencia de presidentes.
De hecho, este verano la Junta de Andalucía dio un más que tirón de orejas con la interposición de un recurso contencioso-administrativo contra Pedro Sánchez por evitar convocar la Conferencia de presidentes Autonómicos. El ente que resultó fortalecido a raíz de la pandemia debería convocarse al menos dos veces al año. Pero la última cita tuvo lugar el 13 de marzo de 2022.
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