Existe una posibilidad de evitar que miles de personas, que han perdido su cabellera, tengan que acudir masivamente a Turquía buscando implantes de pelo que les hagan disfrutar de nuevo de una superficie capilar sedosa y abundante. Esa posibilidad- y esto es lo sorprendente- tiene enormes orejas y rebuzna.
Se trata de los asnos, concretamente de los rucios que constituyen la Unidad de “Burros Bomberos de Doñana” que cuentan con su cuartel general en el denominado “Bosque Encantado de Hinojos”.
Y es que los suecos buscan una relación sobre la enorme fuerza que atesoran los pelos de las crines de estos animales y la obtención de una fórmula que permita conseguir trasladar esa característica de fortaleza a la cabellera de los humanos.
La Universidad sueca de Uppsala es la entidad de estudios más antigua del país nórdico, fundada en 1477 está considerada como una de las instituciones de educación superior más prestigiosas del viejo continente europeo. Y son los miembros de esta Universidad los que continúan con los estudios sobre la sangre que extrajeron tres veterinarias, llegadas desde Uppsala, a los burros onubenses. Animales que constituyen en Doñana la Unidad de asnos anti-incendios más mediática de España. Un destacamento de rucios que trabaja evitando los incendios forestales mediante cortafuegos de desbroce. Proyecto que se lleva a cabo gracias al esfuerzo, totalmente altruista, que llevan a cabo los voluntarios y voluntarias de la Asociación “El Burrito Feliz”.
Los equipos de veterinarias suecas extrajeron las muestras de sangre a los burritos acompañas por un investigador de la Estación Científica de Doñana. La elección de estos animales no fue casual, pues la Universidad de Uppsala buscaba ejemplares de asno que contaran con una buena salud y vivieran de una forma, lo más parecida posible, a la que llevarían en una vida salvaje. Características propias de estos ejemplares de bomberos orejudos que, prácticamente, viven toda su existencia- que puede llegar a los cuarenta años de edad- al aire libre y correteando por enormes extensiones de bosque y pradera.
Son tiempos de malas noticias para el Universo que representa Doñana. Tras verse apeado este entorno natural-por su mala gestión institucional- de la Lista Verde de la Unión para la Protección de la Naturaleza han quedado en evidencia los enormes esfuerzos económicos ofrecidos a la mejora de este espacio y ha cundido el desánimo en la red de entidades políticas y privadas que trabajan aquí.
Pero después de esta situación, que ha sentado como un mazazo a las administraciones andaluzas, estos burritos devuelven a Doñana la ilusión de lo positivo. Tanto en lo que respecta al mundo científico, como a lo que representa la oportunidad de ofrecer una esperanza a los calvos de todo el mundo.
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