Fernando Villén y Antonio Torres García vuelven a declarar por su gestión en la dirección de la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe) ante la Audiencia de Sevilla. La jornada vuelve a evidenciar prácticas como la contratación de “personal de confianza” obviando cualquier procedimiento legal o administrativo.
El ex director general de la Faffe, Fernando Villén ha explicado los motivos por los que contrató el exalcalde de Lebrija Antonio Torres García (PSOE), que ejerció como personal de confianza durante ocho años en los que, según la Fiscalía, cobró cerca de medio millón de euros sin ni siquiera acudir a su puesto de trabajo. ¿Cómo consiguió Torres este trabajo? Según Villén, lo consiguió gracias a su “amplia agenda de contactos”, sin explicitar de qué tipo de contactos se trataba y para qué sirvieron.
A Villén le pareció un “perfil útil” que quedó vinculado a la dirección como personal de confianza, lo que explicaría por qué el cargo de Torres García ni siquiera aparecía en la estructura de recursos humanos, “estaba adscrito a mí”, aclara Villén, que no ha sido capaz de concretar en qué se tradujo el contrato del exalcalde socialista por la Faffe.
No hay contratos o convenios gestionados por él que justifiquen su trabajo sobre la mesa del jurado. Sin embargo, Torres García en su declaración ha asegurado que no tenía despacho, pero que acudía cada 15 días a despachar con su jefe -Villén- y que, gracias a su trabajo, consiguió la captación de "dos millones de euros" para la Faffe y la firma de decenas de convenios, 80 ha asegurado. No obstante, a pesar de ostentar un cargo de dirección, su firma no está registrada en documento alguno.
Contratación “arbitraria”
Sobre el hecho de que Torres García ni siquiera acudiera a trabajar a la Faffe, el que fuera director general aclara que no había un despacho presencial, todo lo hacían por correo o teléfono. La Fiscalía, sin embargo, señala la contratación “arbitraria” del compañero de partido del director del organismo.
La declaración de Villén revela que la contratación de Torres García, que había sido alcalde en el municipio sevillano durante 24 años era además presidente de la Mancomunidad de Municipios del Bajo Guadalquivir, se produjo tras perder éste las elecciones. Entonces, lejos de optar por pasar a la oposición, Torres García llamó a Villén para ofrecer sus "servicios".
Villén se ha afanado por explicar que la Faffe precisaba de recursos económicos externos, la notoriedad pública de Torres García justifica, a juicio de la declaración del acusado, su contratación como director de Recursos Externos gracias a su “consolidada agenda de contactos”.
La Audiencia ha llamado la atención sobre el hecho de que ese cargo no fuera el que aparece en su contratación. Sobre el papel, Torres García figura como gestor de recursos municipales. Además, ni siquiera existía el puesto de dirección de Recursos Externos... Villén no ha profundizado en esa anomalía, después de todo, hablamos de alguien que ni siquiera pisaba la oficina.
Sí ha asumido Villén que el contrato de su director de Recursos Externos no se realizó aplicando ninguna de las vías oficiales que usaba la Faffe en aquel entonces, véase: a través del portal del empleado de la empresa, del Servicio Andaluz de Empleo (SAE) o la publicidad de los puestos en los medios de comunicación. Aquí solo funcionó el dedazo gracias a la agenda.
Este procedimiento carente de toda garantía y fraudulento es análogo a la concesión de ayudas que venía ofreciendo la entidad. Recordemos que, oficialmente, la Faffe debía ocuparse, en lo peor de la crisis, de propiciar formación y capacitación para trabajadores de empresas afectadas por regulaciones de empleo. No obstante, el dinero de esta entidad acabó fluyendo de manera espuria con las fiestas y pagos en clubs de alterne con escandalosa punta del iceberg de una trama que sigue desvelándose hoy en la Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla.
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