Andalucía

Dos guardias civiles, imputados por la muerte de un narco en un choque en el Guadalquivir

La prueba pericial sería la clave para dirimir responsabilidades: si la narcolancha estaba en movimiento los guardias civiles serían exonerados, sin embargo, si estuviese parada como aseguran los testigos ambos serían imputados por homicidio imprudente

El pasado 31 de enero, un accidente entre una narcolancha y la embarcación Río Águeda del Servicio Marítimo del Instituto Armado en Cádiz, se saldó con un fallecido, ocupante de la embarcación ilegal. El fallecido se llamaba Marcos, tenía 46 años, y dejó mujer y un hijo de dos años. Contaba con un amplio historial delictivo de tráfico de drogas y contrabando y se dijo que podría ser muy amigo de 'El cabra', el presunto asesino de los dos guardias civiles en Barbate, en el suceso que ocurrió días más tarde.

El Juzgado de Instrucción de Sanlúcar de Barrameda que investiga esta colisión, ha resuelto citar como investigados por un posible homicidio imprudente a dos agentes que viajaban a bordo de la embarcación, la Río Águeda, del Servicio Marítimo del Instituto Armado en Cádiz. Sin embargo, la Fiscalía Antidroga, ha recurrido porque quiere dejar en suspenso la comparecencia, prevista para mayo, hasta que se incorpore a la causa una prueba pericial clave que acusaciones y defensas están esperando sobre cómo se produjo el siniestro. Dicha prueba decantará la balanza entre las dos versiones, que además el juzgado investiga por separado.

Los hechos se produjeron el mediodía del pasado 31 de enero, cuando la Río Águeda se aproximó a la marcolancha, que se encontraba parada y cargada de bidones de gasolina en la zona de desembocadura del Guadalquivir, y acabó colisionando contra ella. Iban cuatro hombres a bordo. Tres fueron detenidos y el cuarto, trasladado grave a un hospital, donde fallecería por una lesión interna consecuencia del impacto.

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Dos versiones totalmente distintas

Según la primera versión, los ocupantes de la narcolancha estaban dormidos excepto uno, que se hizo con el timón al ver la embarcación de la Guardia Civil y en su intento de huida en una brusca maniobra acabó comisionando con la Río Águeda. La causa que se abrió en ese momento se sigue contra los tres supervivientes por delitos de narcotráfico a partir de la mera posesión de la narcolanchas, que están prohibidas, y de la presunción de que eran petaqueros habida cuenta del combustible que llevaban. Además, se les atribuye indiciariamente responsabilidad en la muerte del cuarto ocupante por la supuesta maniobra de intento de huida. No obstante, están en libertad condicional, decisión esta del juzgado que tiene recurrida la Fiscalía Antidroga, al frente de las pesquisas, junto a la Guardia Civil de Jerez.

La familia de Marcos, el fallecido, tiene una versión totalmente contraria a esta. Los familiares sostienen que los cuatro hombres estaban descansando en la lancha, que estaba efectivamente parada, y tenían la tienda de campaña echada en la cubierta. No se dieron cuenta de que se acercaba la Río Águeda hasta que ya la tenían encima y recibieron el impacto, que fue lo que les sacó del sueño. De ahí que la querella lo sea por homicidio imprudente. Tras entrar a reparto, recayó en el mismo juzgado, pero se investiga por separado del asunto que afecta a los presuntos petaqueros.

Una lancha supuestamente averiada

La familia del fallecido asegura que “a Marcos lo mataron como a un perro. Tenían la tienda de campaña echada en la lancha. Eso en el código que tenemos significa que estaban descansando dentro, que estaban parados, y los guardias lo saben”. Fuentes vinculadas al narcotráfico en el Estrecho han asegurado que la causa por la que la narcolancha estaba detenida en la desembocadura del Guadalquivir era una “avería”. Los cuatro ocupantes esperaban a que llegara otra embarcación con un mecánico para repararla, cuando fueron descubiertos por la patrullera de la Guardia Civil. El motivo de que portaran garrafas de gasolina es, efectivamente, que la 'goma' del suceso se dedicaba a suministrar combustible a las narcolanchas que transportan el hachís desde Marruecos. Estas mismas fuentes insisten en que la lancha “no se movió y que la patrullera de la Guardia Civil es mucho más grande, sabían que iban a reventar la lancha y que podía haber gente dentro”.

Con versiones tan opuestas, el Juzgado deberá esperar la prueba pericial que aporte algo de luz, y poder también unificar las dos causas en una.

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