Reino Unido eleva la apuesta en plenas negociaciones con España por el control fronterizo en el Peñón de Gibraltar. Este viernes, los 15.000 trabajadores que acceden diariamente al territorio británico para trabajar se toparon con una sorpresa: les pedían el pasaporte para acceder a su trabajo, lo que ha ocasionado esperas de entre una y dos horas, incomodidad, y hace ver las consecuencias de un no acuerdo.
Desde primera hora, a las 07.00 y hasta casi una hora después, por sorpresa y sin previo aviso, las autoridades gibraltareñas unilateralmente exigían pasaporte y no el DNI, que hasta ahora era la rutina habitual para entrar a dicho territorio. A muchos les ha tocado esperar o emprender el camino de vuelta para recoger el pasaporte.
No es una cuestión baladí. Gibraltar británico y el Campo de Gibraltar andaluz son sociedades permeables con un intercambio económico y de recursos humanos que, de repente, se asoma al riesgo de tener que lidiar con una frontera dura.
Sobre el terreno, la incomodidad es manifiesta. El alcalde de Algeciras (Cádiz), José Ignacio Landaluce, ha criticado a Gibraltar por vetar el acceso –sin previo aviso- de cualquier trabajador que no llevara el pasaporte. Hay que decir que, previamente, el tránsito ha sido fluido en la frontera sin dicha exigencia administrativa.
Landaluce pide a Gibraltar que "no utilice a los trabajadores españoles transfronterizos como rehenes para ejercer demostraciones de fuerza en el marco de las negociaciones".
La petición de pasaporte es un aviso claro, "Gibraltar ha vuelto a demostrar, una vez más, que cuando lo desee, puede provocar importantes molestias y perjuicios a nuestros trabajadores transfronterizos, pero estos daños también afectan a los gibraltareños, sus negocios y empresas", ha recalcado el regidor.
El alcalde de Algeciras ha pedido "cordura" y vierte reproches al territorio británico, "mantener la prohibición de paso por frontera, los rellenos ganados al mar, no depurar las aguas residuales, el acoso a las patrulleras, no ayudan mucho". Landaluce hace suyas las reivindicaciones de la Junta de Andalucía, cuya convivencia con el Peñón es cada vez más difícil por los dispares criterios de gestión de aguas y residuos en el Peñón, que provocan problemas en áreas limítrofes.
Trabajadores y empresarios insatisfechos
"Necesitamos un pacto, no podemos estar entre amenazas y represalias”, cuanta a Vozpópuli el portavoz del Grupo Transfronterizo de Gibraltar, Lorenzo Pérez Periáñez. Este jueves, el Grupo también se reunió en Madrid con el ministro Albares, como ya lo hicieron un día antes dirigentes locales y autonómicos.
Pocas novedades sacó el Grupo Transfronteriza de la reunión en Exteriores. “Las cosas siguen yendo muy lentas, hay un 95% de acuerdo, pero aún hay un 5% que falta por negociar”, detalla Periáñez, que se confiesa “alarmado” por los nuevos controles con los que los gibraltareños amanecieron hoy.
Asume que estas medidas forman parte del pulso que mantienen las policías de fronteras del Peñón y el Campo de Gibraltar, “no nos consta” -dice- que haya resoluciones ministeriales, pero precisamente por ello pide más “empatía” a los ministros que lideran las negociaciones.
El Grupo Transfronterizo reúne a las empresas, sindicatos y cámaras de comercio de ambos lados de la Verja, “tenemos intereses comunes, necesitamos un acuerdo y seguridad y certezas normativas y jurídicas, así se retrasan las inversiones”.
El hecho de que no haya acuerdo antes del 10 de noviembre y se imponga una frontera dura supone para empresarios y trabajadores una “pérdida de competitividad y de capacidad económica, pero no lo olvidemos, supone un problema emocional que dividirá a familias con una frontera que no queremos”.
Pero Londres ningunea a España
El farol de pedir los pasaportes llega justo un día después de que el Viceministro Principal de Gibraltar, Joseph García, se reuniera con el ministro para Europa y los Territorios Británicos de Ultramar, Stephen Doughty en el Consejo de Preparación para un Desenlace no Negociado (No Negotiated Outcome, NNO), definido como el ente de entendimiento “estrecho y sin fisuras” entre Reino Unida y el Peñón.
Aunque Reino Unido y Gibraltar afirman estar comprometidos con un tratado entre la UE y el Reino Unido -omisión explícita de España-, “también estamos colaborando para revisar los planes de contingencia”. Este mensaje, a la vista de la demanda de pasaporte, se traduce en una amenaza explícita con la que Londres quiere marcar el paso.
Previamente, el ministro Principal de Gibraltar, Fabián Picardo mandaba un mensaje al ministro Albares, que tendrá que decidir si acepta sus propuestas “o si insiste en posiciones que saben que no podemos aceptar y, de ese modo, nos condena a todos a controles que harán más difícil la vida de los trabajadores y de la ciudadanía en general”.
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