Andalucía

Moreno sale del debate sin arriesgar y con Marín como escudero para sortear ataques de Vox y PSOE

El presidente de la Junta de Andalucía ha presumido de su gestión, aprovechada también a su favor por el vicepresidente y candidato de Ciudadanos, Juan Marín, frente a los ataques de Olona, el PSOE y la izquierda radical

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha salido airoso de este primer debate electoral sin arriesgar lo más mínimo. Consciente de que tenía mucho más que perder, frente a ganar, su postura ha sido conservadora en todo momento, midiendo cualquier intervención y sin entrar en polémica alguna, renunciando incluso a aprovechar minutos sueltos que le quedaban en sus turnos de réplica al final de los bloques. El gobernante centrista ha contado esta noche con un aliado involuntario. Se trata de su vicepresidente Juan Marín, candidato de Ciudadanos.

El dirigente liberal ha servido de escudo ante los ataques del resto de candidatos, no porque haya salido a defender a su socio del PP, sino porque ha aprovechado la coyuntura gubernamental que ambos aún protagonizan y de la que ha presumido. Moreno se ha centrado en alardear de su gestión económica, circunstancia tenida en cuenta por su socio para sacar pecho de las políticas públicas de Cs en estos tres años, especialmente en materia de autónomos, rebajas fiscales y quita de trabas burocráticas.

"Más de cuatro millones de andaluces se han beneficiado de las bajada de impuestos, ha subrayado Juan Marín. Además, ha proseguido, "uno de cada dos altas de la Seguridad Social es un andaluz".

Como era de esperar, el candidato del PP ha padecido críticas a diestra, dirigidas tanto Macarena Olona (Vox), como desde el PSOE de Juan Espadas y los dos partidos de la izquierda radical: Por Andalucía y Adelante Andalucía: "Voy a ser el receptor de todos los palos. A mi dercha e izquierda van a coincidir en muchas ocasiones, igual que coincidieron en el Parlamento tumbando el Presupuesto", vaticinaba Moreno Bonilla en los primeros compases al reprochar al PSOE y Vox que no aprobaran sus cuentas, motivo principal para justificar el adelanto electoral

Primer debate electoral de los dos que hay previstos en esta campaña electoral con vistas al 19 de junio y que se ha celebrado con los seis principales candidatos presentes en el centro territorial de RTVE en Andalucía, con un plató a tal efecto montado en Sevilla. El espacio ha sido moderado por la delegada regional del ente público, Paloma Jara, y Xavier Fortes, presentados del programa ‘La Noche en 24 Horas’, canal que también ha ofrecido la señal en directo, al igual que Radio Nacional de España. El debate ha constado de tres bloques de 30 minutos de duración cada uno: Economía, Empleo, Fiscalidad, Educación, Sanidad, Servicios sociales e Igualdad.

Juan Espadas ha aprovechado el arranque del debate, al corresponderle el primer turno, para atacar directamente a Juanma Moreno: "A usted le hizo presidente Vox", le ha espetado al recordarle cómo llegó al poder en Enero de 2019, tras ganar Susana Díaz las elecciones un mes antes y cerrarle el paso los populares junto a Ciudadanos, como coalición de gobierno, con Vox como socio de legislatura, aprobando hasta un un total de tres presupuestos.

Moreno ha comenzado su turno pidiendo "serenidad y tolerancia" en los discursos y ha evitado el cuerpo a cuerpo que pretendía Espadas. En su arranque ha destacado la "estabilidad institucional" actual de Andalucía, tras 37 años de gobiernos monocolor del PSOE, además de "crecimiento económico" en plena pandemia. "No tenemos varitas mágicas" le ha dicho a Espadas, a quien el sorteo ha deparado estar a su lado, casi codo a codo. El presidente de la Junta estaba en un sandwich (entre Vox y el PSOE).

El presidente de la Junta ha sido el único que ha mostrado gráficos. Lo ha hecho para reiterar, entre otros datos, que "Andalucía crece un 6,8% en el balance interanual" del PIB con un gobierno que "ja dejado atrás los recortes del señor Espadas", an alusión a los ejecutivos socialistas de los que formó parte, además de haber "quitado tapones" a la burocracia. Una comunidad autónoma, ha presumido Moreno, que está "en el top five de menos impuestos", junto a Madrid, el modelo en el que se mira par intentar superarla.

Frente al afán recaudatorio de los socialistas Moreno lo ha tenido fácil al recordar la quita del impuesto de sucesiones y donaciones, frente a un Espadas que pretende recuperar dichos tributos.

Si algo ha llamado especialmente la atención durante el debate es que PP y PSOE no se han echado los trastos a la cabeza reprochándose casos de corrupción. Ni un segundo dedicado a los ERE, ni la Gürtel, ni el caso de la corrupción del PP de Almería, sólo mencionado por la candidata de Por Andalucía Inmaculada Nieto, en lo que ya se ha convertido en un clásico, cada vez que tiene enfrente a Moreno Bonilla.

El dramatismo se ha adueñado del primer minuto del que ha gozado el todavía vicepresidente de la Junta y candidato de Ciudadanos, Juan Marín. Ha apelado al voto "que me diste en 2018", dirigiéndose a un votante al que le ha pedido "renovar la confianza". Ha presumido de haber formado parte del "mejor gobierno que ha habido en Andalucía". Frente a la "renovación" del Ejecutivo de centro derecha, en el que persigue integrarse de nuevo, Marín ha contrapuesto la "opción de volver atrás", en el marco de lo que sería para él "la pelea y la bronca". Una clara alusión a las malas relaciones que podrían darse en un hipotético gobierno bipartito del Partido Popular y Vox.

No ha sido un debate encorsetado, ni una sucesión de monólogos. Muy al contrario de lo que suele ocurrir cada vez que hay tantos candidatos en un plató, el ritmo ha sido ágil y con permiso para interrupciones descontando tiempos. Justo ahí es donde ha triunfado Juan Marín. Suelto, con frescura y desenvuelto, el vicepresidente andaluz ha sido la gran sorpresa de la noche. Quien más se la jugaba, porque peligra la supervivencia de Ciudadanos en Andalucía, ha sabido interrumpir a la derecha populista de Vox y al PSOE, fajándose en un cuerpo a cuerpo constante con Olona y Espadas, respectivamente.

Contrariamente a lo que se podía esperar no ha sido la izquierda la que ha confrontado más con Macarena Olona a la hora de sacarle los colores. Juan Marín le ha dado a la candidata alicantina lo que se llamaría dos 'zascas' en toda regla. El primero ha llegado al recordarle a la diputada en el Congreso por Granada que "los gobiernos autonómicos no tienen competencias en materia de inmigración, porque son del Estado".

La segunda andanada potente de Marín a Olona ha llegado cuando la cabeza de lista de Vox por la capital de la Alhambra ha hablado de usar "unas tijeras de podar" para acabar con "todos los chiringuitos" de la "herencia socialista gestionada" por el actual Ejecutivo de PP y Cs. El vicepresidente andaluz le ha recordado que "no es tan fácil" acabar con tales entes instrumentales. Para ello ha esgrimido los procedimientos judiciales que hay que seguir para los despidos, así como los derechos laborales que amparan a los sujetos a ser expulsados de la Junta, así como las cuantiosas indemnizaciones a las que habría que hacer frente. En definitiva, que no se puede entrar como elefante en cacharrería despidiendo a diestro y siniestro.

En un debate a seis es siempre difícil designar a un ganador, pero si hubiera que elegir a uno Marín se podría llevar la palma. Los 'trackings' internos de Ciudadanos dirán en los próximos días si este debate le ha supuesto ganar algún punto a un partido que de tener 21 diputados en 2018 lucha por sobrevivir con 2 y ser útil al PP.

La candidata de Vox, Macarena Olona, ha explotado al máximo su victimismo en relación con su polémico empadronamiento en Salobreña (Granada) y las malas consecuencias que le trajo, en forma de denuncias que ya le han dejado el camino despejado ante la Junta Electoral. "Han querido ilegalizar a Vox", ha llegado a decir.

"Me llaman inmigrante alicantina los mismos que se alían en Madrid con el racismo catalán, ha dicho dirigiéndose a Espadas, considerado en Andalucía como el 'valido' de Pedro Sánchez, al ser un defensor a ultranza de sus políticas desde Moncloa.

Ante el grado de desconocimiento que tiene la opinión pública sobre ella la candidata de Por Andalucía, Inmaculada Nieto, ha aprovechado su primer minuto para presentarse ante los telespectadores con su nombre y apellido. A continuación ha enumerado las seis formaciones políticas que la componen. Ha hecho bien, porque es una auténtica sopa de letras que ha generado una gran confusión en las encuestas. Contra todo pronóstico, si se tiene en cuenta que estaba previsto un bloque sobre Igualdad, Nieto ha continuado con un recuerdo a las mujeres asesinadas por la violencia de género.

Teresa Rodríguez, la excoordinadora de Podemos en Andalucía, expulsada por los suyos del partido que fundara Pablo Iglesias y ahora cabeza de lista de Adelante Andalucía, a punto estuvo de no poder participar en este debate. Finalmente la Junta Electoral rechazó las pretensiones de Por Andalucía para que no la tuviera en cuenta, al no tener grupo parlamentario propio. No deja de ser un ejemplo claro de lo que algunos han llamado "la izquierda cainita" andaluza.

Rodríguez ha abierto su turno con críticas "a la ultraderecha y la derecha". A los primeros les ha arreado estopa por querer "acabar con los derechos de la autonomía". Un mensaje claro dirigido a la línea de flotación de Macarena Olona. Sabido es que Vox pretende acabar con todas las autonomías y se burla incluso del considerado padre de la patria andaluza, Blas Infante. La dirigente anticapitalista también le ha dado duro "a la izquierda que se manchó con la corrupción", en referencia al PSOE andaluz.

Posiblemente el total televisivo de Rodríguez que más pueda repetirse en los próximos días, tras este debate, ha sido el momento en el que la dirigente izquierdista ha reprochado a Olona y Vox "ser el brazo político del terrorismo machista", en alusión a la negación de la violencia de género que hace el partido de Santiago Abascal, que pretende hablar de "violencia intrafamiliar".

Por momentos el discurso de Olona parecía el de una Andalucía irreal, frente a la "real" de la que hablan Moreno Bonilla y Espadas para reivindicar que se les vote a ambos. La candidata de Vox a la presidencia ha llegado a decir que "nunca en esta comunidad ha habido tanta inseguridad para las mujeres y los homosexuales a la hora de salir a la calle". Una frase que se comenta por sí sola.

Paradojas del destino, Espadas ha empleado para Moreno la frase que desde hace muchos meses emplea contra él el candidato del PP a la Alcaldía de Sevilla, José Luis Sanz: "ni una mala palabra ni una buena acción", ha dicho sobre el presidente de la Junta el exalcalde de Sevilla, que ha tildado al inquilino de San Telmo de "indolente".

El pacto "intragable" de Sánchez con Bildu que Moreno le ha reprochado a Espadas por callarse

De los pocos momentos beligerantes de Moreno frente a Espadas, donde sí ha entrado en el cuerpo a cuerpo, se ha producido cuando el presidente de la Junta le ha reprochado que se mantenga en silencio y "no diga nada" frente a los "pactos de Pedro Sánchez con Bildu", algo que pasa factura a los socialistas andaluces en las encuestas, especialmente en el seno de sus votantes más moderado en la socialdemocracia. Ahí es donde 'pesca' Moreno y lo sabe.

En su minuto final Moreno no ha dejado nada sujeto a la improvisación. Como cabía esperar se ha centrado en contraponer los que, a su juicio, son los dos modelos a elegir en las urnas el 19 de junio: Por un lado el suyo, el de una Andalucía en positivo, "para seguir avanzando" o, por el contrario, "volver a la casilla de salida". Un escenario de "ocho partidos" de izquierdas, el PSOE y otros siete, "modelo Frankenstein" que –ha vaticinado Moreno– lo primero que harían sería volver a lo que él llama "infierno fiscal", al tumbar todas las sucesivas bajadas de impuestos que ha habido, especialmente el de sucesiones y donaciones, una de sus banderas fiscales.

Otro reproche de Moreno dirigido a Espadas, que no ha pasado desapercibido, ha consistido en preguntarle, de forma reiterada, "¿dónde ha estado usted estos 37 años, que parece que ha llegado ayer?" La pregunta lleva implícita una gran carga de profundidad. El excalde de Sevilla es considerado un "juntero" de toda la vida. Más de 30 años en la Junta le avalan. Ha sido director de gabinete de varios consejeros, director general, viceconsejero y consejero en gobiernos de Manuel Chaves y Griñán.

Espadas ha estado especialmente ingenioso tras reprocharle Moreno que pretenda formar un "gobierno Franskenstein" con el resto de la izquierda: "Usted siempre elige la mima película, tenga cuidado a ver si lo que va a elegir es un gobierno con la niña del Exorcista". La alusión a esta película iba dirigida, obviamente, a una posible coalición el Vox que lidera Olona en Andalucía.

Frente a los casos de corrupción, que no se han restregado PP y PSOE, ahí estaban esta noche Vox y Cs para hablar de ello, en el caso de los socialistas. No han faltado las acusaciones de Olona a Espadas, con alusiones veladas a su mujer, Carmen Ibanco, investigada por ser una de las supuestas enchufadas en la extinta fundación Faffe "la de las prostitutas y al cocaína", ha dicho la abogada del Estado sobre los gastos de altos cargos socialistas. Olona ha hablado incluso del "word perfect" de la mujer de Espadas. Así se ha referido al programa informático que dijo usar Carmen Ibanco cuando la sometieron a un comprometido y embarazoso interrogatorio, en el marco de la comisión investigación parlamentaria de la Faffe.

Marín ha presumido de que ya no se habla de corrupción en Andalucía, desde la llegada de Cs a San Telmo, además de que "no ha habido un sólo caso en estos tres años y medio", ha presumido el cabeza de lista por Sevilla.

Los pactos postelectorales

Uno de los momentos estelares del debate, ya fijado de antemano, ha llegado cuando los candidatos debían pronunciarse sobre sus preferencias de pactos. Todo ha salido sobre el guion previsto: Moreno ha dicho que aspira a conseguir una "mayoría suficiente" para gobernar en solitario; Juan Marín no apoyaría al PSOE ni al resto de la izquierda porque aspira a "reeditar" el actual gobierno con el PP. Espadas ha vuelto sobre sus pasos para decir que no se abstendrá para facilitar la gobernabilidad de gobernar en solitario sin Vox.

En el terreno de los partidos a la izquierda del PSOE cabe destacar la pretensión de Por Andalucía, verbalizada por su candidata, Inmaculada Nieto, (no esta noche) sobre que estaría dispuesta a "reflexionar" para abstenerse en caso de que con sus votos pudiera frenar la entrada de Vox en un gobierno de coalición con los populares.

En el caso de Olona ella sigue erre que erre preguntándole a Moreno si elegirá al PSOE o a Vox para gobernar. Lo dice como si Moreno fuera a implantar en Andalucía una gran coalición, a la alemana, de socialdemócratas y conservadores. Nada más lejos de la realidad.

La representante de la derecha radical ha sido especialmente con Moreno al dirigirse a él en varias ocasiones, como cuando ha dicho que sus gráficos sobre el crecimiento económico de Andalucía en los últimos años "eran un insulto para los andaluces".

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