"Tenemos tiempo". El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha vuelto a tender la mano este jueves "a todos los grupos políticos, sin vetos," para "dialogar hasta la extenuación" y conseguir así la aprobación de los Presupuestos 2022, actualmente en fase de tramitación parlamentario. Lo ha hecho durante la sesión de control semanal a la que se somete en la Cámara autonómica.
Inasequible al desaliento, llama la atención la insistencia de Moreno no sólo al PSOE, sino a Vox, formación opositora que se cerró en banda a cualquier acuerdo desde el primero momento en que el consejero de Hacienda, Juan Bravo, inició las rondas de conversaciones. Los socialistas, con Juan Espadas al frente, plantean como innegociable que el Gobierno andaluz readmita a los 8.000 sanitarios que fueron contratados para la pandemia y que no han sido ahora renovados, si bien entre ellos no hay ningún médico. Para PP y Cs se trata de un gasto "inasumible". Así pues, la negociación se ha convertido en un diálogo de sordos, con Espadas forzado y presionado por Ferraz para no abstenerse en el debate presupuestaria y, presentar una enmienda a la totalidad.
Desde su escaño Moreno pedía este jueves "altura de miras" a los grupos de la oposición, entre los que también se encuentran Unidas Podemos y los anticapitalistas de Teresa Rodríguez, escindidos de Podemos como no adscritos. Moreno ha hablado de unos Presupuestos 2022 "pragmáticos" que, a su juicio, "buscan el interés general" de Andalucía. El gobernante ya dijo que serían unas cuentas "deseadas por cualquier socialista", una frase que le ha reprochado el portavoz de Vox, Manuel Gavira, al acusarle de "ponerle una alfombra roja al proyecto de Sánchez en Andalucía", en alusión a Espadas.
En el turno de réplica Moreno, sin esconder que busca agradar al PSOE, ha respondido a Gavira que "cualquier socialista en su ideario defiende que haya más sanidad, con 1.100 millones más; más educación, con más de 600 millones más en 2022", así como 500 millones para servicios sociales, entre los que se incluye la dependencia. De sobra es sabido que las políticas sociales del Gobierno que preside Moreno tienen un marcado perfil de centroizquierda, con la consejera de Ciudadanos Rocío Ruiz al frente de las mismas. Ella representa, sin duda, el perfil más socialdemócrata de Cs dentro del Ejecutivo y, por eso, es blanco permanente de los ataques de Vox. Lejos de molestarle, a Moreno le agrada contar con Ruiz en su gabinete, porque le acerca al voto socialista moderado que busca con ahínco.
A la vez que se hablaba de Presupuestos en la sesión de control el consejero de Hacienda, Juan Bravo, participaba en un acto de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) donde su presidente, Javier González de Lara, pedía "sensatez" a todos los partidos políticos para lograr la aprobación del documento contable, en aras a la "estabilidad, confianza y seguridad jurídica en la comunidad".
Para el máximo responsable de la patronal andaluza la posible prórroga presupuestaria, así como un adelanto electoral, "no es lo deseable". De ahí que González de Lara considere que la aprobación de las cuentas contribuye a "no proyectar una imagen distorsionada de Andalucía". Junto a él, el consejero de Hacienda, ha apelado al diálogo y a no establecer "líneas rojas". De hecho, Bravo ha anunciado que se reunirá de nuevo con Vox este próximo lunes. Hay un dato demoledor en el relato que traslada el consejero de Hacienda sobre las negociaciones con el PSOE: "De los 68 puntos que nos pidieron hemos incorporado 47", recalca.
Por su parte, Moreno cree que "el Gobierno de España debería seguir el ejemplo de Andalucía, pero todo apunta a que la agenda política de España la marcan otros intereses", ha señalado en alusión a los aliados y socios de Sánchez, entre ellos los nacionalistas e independentistas, además de Bildu, partido sobre el que el consejero de Presidencia de la Junta, Elías Bendodo, considera que "si el PSOE puede pactar con ellos los Presupuestos en Navarra, no debería tener inconveniente alguno para hacerlo en Andalucía".
Se da la circunstancia de que tanto el PSOE, como Vox, contribuyen en sus discursos a situar en la centralidad a Moreno Bonilla cada vez que arremeten contra él por su ideología. Los primeros al insistir, en el maco de una deformación buscada y muy artificial, en que "es muy de derechas y muy del PP", además de "muy conservador", como afirma la portavoz parlamentaria Ángeles Férriz. En el caso del partido de Abascal, el portavoz Gavira repite que el presidente andaluz "parece del PSOE". Al final lo que consiguen ambos es que el primer presidente no socialista en casi cuarenta años se sienta cómoda en el papel de "centrista y andalucista" que reivindica para sí.
"No sabemos si usted quiere liderar el PSOE y Susana Díaz está aquí, disfrazada de usted", ha llegado a decirle Gavira a Moreno. Además, ha vuelto a reclamarle elecciones anticipadas. El barón moderado del PP le ha recordado diversas propuestas de resolución que Vox ha votado en sintonía con PSOE y Unidas Podemos. Ha querido así someter a la derecha radical a sus propias contradicciones. Sobre las elecciones el presidente del PP-A insiste: "no es tiempo de pancartas, ya lo habrá cuando se abran las urnas". Ha sido su hilo conductor, una vez más, para insistir en su deseo de agotar la legislatura hasta noviembre de 2022.
Por el momento no se percibe bloqueo parlamentario a PP y Cs en las sesiones plenarias celebradas. Este miércoles el Gobierno sacaba adelante dos decretos sin votos en contra y una ley con el apoyo del PSOE, una circunstancia que para muchos contribuye a ahuyentar el fantasma del adelanto electoral. Sin embargo, es en febrero donde Moreno pone el plazo para comprobar si se produce un bloqueo que le obligue a convocar elecciones. Todo ello en el caso de que, como es previsible, comience a gobernar con un Presupuesto prorrogado de 2021, algo que asume también el vicepresidente, Juan Marín. Lo que teme la máxima autoridad andaluza es que el mero hecho de aprobar decretos se convierta en un "callejón sin salida".
Por el momento, Espadas ya ha dejado claro que no bloquearán la gestión, "al contrario de lo que sí hizo el PP en 1995", recuerda el líder del PSOE-A. Se trató de la llamada 'legislatura de la pinza', cuando Javier Arenas y Luis Carlos Rejón, líder de IU-CA entonces, sumaban más diputados que un Manuel Chaves en minoría. El entonces presidente se vio obligado a convocar elecciones en 1996 y salió reforzado en las urnas.
Otro prueba más de lo bien que le ha ido la semana a la coalición bipartita andaluza PP-Cs es que la nueva Ley del Suelo ha sido aprobada en la comisión correspondiente del Parlamento, con el voto a favor de Vox y la abstención del PSOE. Luego deberá llegar al Pleno para su votación, después de que Vox, aliado con la izquierda, la dejara caer.
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