Partido Popular (PP) y Ciudadanos en Andalucía y otras comunidades mantienen abierto un canal discreto de comunicación a espaldas de Génova para frenar las maniobras de Fran Hervías contra la formación naranja. Según ha sabido Vozpópuli, estos canales, que funcionan desde hace meses, han parado varios golpes preparados por Hervías y el secretario general del PP, Teodoro García Egea, contra la formación naranja. La comunicación en el caso andaluz ha sido clave para salvaguardar el Gobierno de coalición en la Junta y la sintonía entre el presidente Juanma Moreno y el vicepresidente Juan Marín.
García Egea se ha presentado este sábado en el congreso del PP andaluz con un mensaje contundente: "Juanma Moreno es libre y siempre ha sido libre y no tenemos ninguno que venir de fuera a decirle lo que tiene que hacer". El número dos de Pablo Casado ha querido así lanzar un mensaje a Isabel Díaz Ayuso, y al mismo tiempo calmar las aguas por la polémica filtración de un audio de Marín que ha sentenciado el último presupuesto de la coalición andaluza. Ciudadanos ha atribuido a Génova la filtración, que interpreta como un empujón del PP a Juanma Moreno para que adelante las elecciones autonómicas, previstas para finales del 2022.
A pesar de las palabras de García Egea, muchas direcciones autonómicas y provinciales del PP llevan meses protegiéndose de estos movimientos de captación de dirigentes naranjas. El diálogo entre las dos formaciones a nivel autonómico se abrió poco después del salto de Hervías, ex secretario de Organización de Ciudadanos, al PP. Hervías se marchó tras la fallida moción de censura en Murcia. Y, como ha informado este diario, lidera un grupo bajo el mando de García-Egea para desmontar el partido de Inés Arrimadas y provocar una estampida de cargos al PP.
El tándem Egea-Hervías: destruir Cs
Una de las primeras maniobras de Hervías tras su cambio de camiseta fue la dimisión del diputado nacional por Sevilla Pablo Cambronero, que se quedó con el acta tras abandonar Ciudadanos. A Hervías también se le atribuye parte del éxito del PP en las gestiones para retener el Gobierno murciano y quebrar el grupo naranja en aquella región. A partir de ese momento, la labor de Hervías para descomponer Ciudadanos ha tenido dos fases: una primera inmediatamente posterior a Murcia y la segunda tras la convención de los populares en octubre.
Sin embargo, algunas salidas se han frenado gracias a estos cauces de diálogo abiertos al margen de Génova. No todas las baronías del PP comparten al 100% las maniobras de Génova con los excargos de Ciudadanos. En Madrid, por ejemplo, la fallida imposición de Toni Cantó en las listas del 4-M se saldó con la colocación del Cantó en la Oficina del Español, más un castigo que un reconocimiento para el exdiputado nacional de UPyD y Ciudadanos y ahora cargo a sueldo del PP.
La confianza entre los dos partidos está prácticamente rota a todos los niveles. Las excepciones son, generalmente, los lugares en los que PP y Ciudadanos gobiernan en coalición. Son los casos de grandes ciudades como Madrid y Zaragoza o la propia Andalucía. En Castilla y León, por ejemplo, ni siquiera el poder ha evitado todos los problemas, entre otras cosas porque el vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, no es el líder autonómico del partido naranja.
La obsesión de Hervías con Andalucía
Andalucía ha sido siempre una obsesión para Hervías. Y no solo tras marcharse al PP, también durante su etapa en Ciudadanos. Nacido en Cataluña, su familia procede de un pequeño pueblo de Granada llamado Quéntar. En las elecciones generales de abril del 2019, fue cabeza de lista de Cs por Granada. Y se convirtió en el candidato más votado en este municipio de algo menos de 1.000 habitantes.
La mujer de Hervías Virginia Millán fue diputada nacional de Ciudadanos y actualmente es adjunta al Defensor del Pueblo andaluz. El cuñado de Hervías Javier Millán fue colocado en el Instituto Andaluz de la Juventud.
Antes de marcharse al PP, trató de impulsar a la consejera de Igualdad, Rocío Ruiz, como candidata alternativa a liderar Ciudadanos en la comunidad y reemplazar a Marín como cabeza de lista en las autonómicas. Hervías ha contado con el apoyo clave de un sector del grupo parlamentario andaluz, que participó en esa operación durante meses.
El caso de Luis Salvador
En la operación Ruiz participó el exportavoz en la cámara andaluza, Sergio Romero. Otros diputados autonómicos como Fran Carrillo han alzado la voz públicamente contra la gestión de Marín y han reclamado un liderazgo alternativo. Tras la marcha de Hervías al PP, Marín ha apartado a este grupo de las tareas relevantes que tenían asignadas. Ninguno ha abandonado el partido, de momento.
Ruiz no fue el primer intento de Hervías por acabar con Marín. Años antes, cuando Ciudadanos sostenía a Susana Díaz, lo intentó con Luis Salvador. Hervías maniobró durante meses para colocar a Salvador como líder del partido naranja en Andalucía. Pero el respaldo de Albert Rivera a Marín dejó sin opciones a Salvador, que perdió su espacio en Andalucía al renunciar a las primarias y en el Congreso de los Diputados.
Salvador se convirtió en alcalde de Granada tras las municipales de mayo del 2019 gracias al pacto global entre PP y Ciudadanos. Hervías trató de recuperar la alcaldía para el PP a mitad de mandato, porque según él era el acuerdo al que habían llegado en su momento. Ha sido probablemente su mayor error en estos meses junto a García-Egea. Y, según quienes mejor le conocen, su mayor decepción personal por todos los lazos que le unían a Salvador. La alcaldía de Granada acabó finalmente en manos del PSOE.
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