Andalucía

Protestas por el calor en los colegios sevillanos en un junio más fresco de lo habitual

Varios colegios e institutos de la provincia de Sevilla protestan para que se incrementen las medidas contra el calor, en las aulas en una iniciativa promovida por las AMPA

Imagen de archivo de una performance de 'Escuelas de Calor' europa press

Algo habitual en Andalucía es que con el final de la primavera y la llegada del mes de junio comienza el calor. Sin embargo, este mes de junio está siendo más fresco de lo habitual, con temperaturas que a penas superan los 30 grados de máxima, muy alejados de los tenidos 40, para los que existen varias leyes que regulan los trabajos.
No obstante, por el calor en las aulas, un total de 13 institutos y colegios de la provincia de Sevilla están siendo este jueves el escenario de protestas, en la mayoría de los casos a la entrada de las clases. Demandan incrementar las medidas contra el calor en las aulas, una iniciativa promovida por la plataforma de asociaciones de madres y padres de alumnos (AMPA) Escuelas de Calor, con el lema "Aulas sí, saunas no" y "con este calor en las aulas no entramos". Los expertos señalan que, por encima de los 25 grados, empeora la concentración de los niños y el aula se vuelve más complicada de gestionar, pero que hasta los 28-30 grados se puede estar dentro de una clase ventilada sin riesgo para la salud.

Teresa de Pablo, portavoz de esta plataforma de AMPA, ha indicado que entre las comunidades educativas que se han adherido a esta convocatoria figuran las del instituto El Molinillo de Guillena, cuyos alumnos daban "el primer paso" el pasado 3 de junio, con una concentración a las puertas del recinto. Parte de los estudiantes no entraron a clase, ante el "tremendo calor" en las aulas por el mal funcionamiento del sistema de bioclimatización en las dependencias que cuentan con este equipamiento y la ausencia del mismo en la ampliación del centro educativo.

Se han unido, además, las comunidades del instituto Machado y de los colegios María Zambrano, Pablo Ruiz Picasso y Hermanos Machado de Sevilla capital, del instituto Laurentum de Espartinas, cuyos alumnos también se movilizaban la semana pasada negándose a volver a clase tras el recreo; del instituto Ponce de León de Utrera o del colegio Coca de la Piñera también de Utrera.

Las AMPA, así, avisan de que la Junta de Andalucía no ha aplicado la ley de Bioclimatización, sino que "solo ha puesto en marcha un programa de climatización dentro del plan anual de infraestructuras financiado con fondos europeos", con medidas en cerca del "diez por ciento" de los centros públicos.

Añaden, que la Junta alude a un programa de actuaciones de "bioclimatización"a partir de la entrada en vigor de la ley, "para aparentar que la cumple".

El Gobierno andaluz del PP, de su lado, aseguró que "en pocas semanas serán 454 los centros docentes andaluces que estarán bioclimatizados, con el objetivo de terminar de bioclimatizar los más de 3.000 centros que hay en Andalucía. Se trata de una actuación que "es absolutamente imposible que se haga todo de una vez".

Quieren que la Junta asuma el mantenimiento

El centro principal de las protestas es que los alumnos no pasen calor en clase, algo entendible pero que sorprende porque en Andalucía ha habido estudiantes toda la vida y los colegios nunca han contado con estos sofisticados sistemas ni tampoco con leyes que permitan mandar a los alumnos a casa a las 12.00 horas si el calor sube por encima de los 40 grados.

Sorprende, además, que no solo piden que todos los centros cuenten con estos aparatos, sino que la Junta se encargue del mantenimiento ya que aseguran que es demasiado costoso.

La plataforma Escuelas de Calor avisa de que "la ley es mucho más que la refrigeración adiabática", similar a los aparatos de aire acondicionado pero mediante agua pulverizada y que necesitaría costosas tareas de mantenimiento, según las AMPA.

"La Junta de Andalucía pretende que, una vez pasado el tiempo de garantía, el mantenimiento de la instalación y equipos de la refrigeración adiabática que ha instalado en los institutos corra por parte de los centros, o sea, que sean ellos los que contraten a las empresas y les paguen esa imprescindible revisión anual que prevenga enfermedades como la legionela o similares", avisan exponiendo que los centros carecen de recursos para costear estos gastos.

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