El socialista Francisco Cuenca Rodríguez es el nuevo alcalde de Granada al conseguir la mayoría absoluta, con 15 de los 27 concejales, gracias a los apoyos de los 10 concejales del PSOE, los 3 de Podemos y los dos de Ciudadanos. El otro candidato, el 'popular' Francisco Fuentes se quedó en 12 apoyos.
Tanto el exalcalde de Ciudadanos, Luis Salvador, como el edil José Antonio Huertas que le ha sido fiel durante la crisis política que empezó el 8 de junio con la salida del PP del gobierno municipal, votaron 'sí' a Cuenca.
La formación de Inés Arrimadas les había pedido a Salvador y Huertas, tanto Edmundo Bal como Juan Marín, que los dos concejales naranjas votasen al representante de Ciudadanos que ellos decidieran para así cumplir con el acuerdo suscrito con el PP hace dos años. Pero ambos desoyeron la petición.
Sin embargo, Salvador llevaba varios días dejando claro en los medios de comunicación que apoyaría al candidato que presente el PSOE para así dar estabilidad al consistorio granadino en lo que queda de legislatura. Esta determinación por parte del alcalde hasta hace unos días llevó a Ciudadanos a dar por hecho que el exregidor ya había cerrado un pacto con los socialistas.
Ante la rebeldía de ambos ediles naranja, en Ciudadanos están decididos a abrirles un expediente disciplinario que podría desembocar en su expulsión del partido al no cumplir la orden de no votar al candidato del PSOE en el pleno para elegir nuevo alcalde en la ciudad nazarí.
Cuenca está imputado
El pleno extraordinario estuvo presidido por Huertas tras la renuncia de su compañero Luis Salvador la pasada semana. El acto se inició con una primera votación para decidir si la votación era mediante voto secreto. Hubo 15 votos a favor -los mismos que cosechó luego Cuenca-, 9 abstenciones -los del PP y los dos concejales díscolos de Cs- y 3 en contra -los de Vox-.
Finalmente, sólo hubo dos candidatos en liza: Francisco Fuentes, del PP, y el citado Francisco Cuenca, del PSOE, quien se encuentra imputado por prevaricación en una investigación judicial. Pese a que Vox informó este martes que presentaba la candidatura de su portavoz, Onofre Miralles, finalmente no fue así.
El pleno para elegir nuevo alcalde tenía dos fórmulas para la elección del nuevo alcalde, en virtud de la ley de régimen local. La primera, que un candidato lograse la mayoría absoluta de los 27 concejales. Por tanto, el umbral de la mayoría absoluta estaba en los 14 votos.
El PP anunció este martes que había lograr llegar a 12 -sus seis ediles, más los tres de Vox, su edil 'rebelde' Sebastián Pérez y los dos 'díscolos' de Ciudadanos (Manuel Olivares y Lucía Garrido)-, pero le faltaban los que hasta ahora eran fieles a la dirección naranja, los citados Salvador y Huertas.
Frente a ellos, el PSOE contaba con diez concejales y el apoyo de los tres representantes de Unidas Podemos. Quedaba la incógnita del previsible respaldo del exalcalde de Cs y el único edil que le ha apoyado durante toda la crisis, como así fue. Así que alcanzó los 15 votos.
Aún en el caso de que Salvador y Huertas se hubiesen votado a sí mismo y ningún candidato hubiera alcanzado el umbral de la mayoría absoluta, el PSOE tenía la tranquilidad de que la ley de régimen local estaba de su parte porque, en ese escenario, el nuevo alcalde saldría del grupo con más ediles en el consistorio, es decir de las filas socialistas.
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