España

Madrid Arena, Carromero y ahora el ático de González… cunde el desánimo en el PP regional

Dirigido por Esperanza Aguirre, la desastrosa gestión de Botella de la tragedia y la vuelta del dirigente de NNGG, que recobra su cargo de asesor a 50.000 € al año, angustian a las bases. Los cuadros apoyan las medidas del presidente pero se inquietan por su futuro.     

“Siempre he votado al PP en la Comunidad y a lo mejor lo sigo haciendo. Pero no sé si voy a seguir militando o no porque estoy decepcionado. Supongo que entre las bases del PSOE sucede lo mismo”. El que habla es un miembro de Nuevas Generaciones de la Comunidad de Madrid que dentro de poco puede dejar de serlo, de acuerdo con sus palabras. En una formación tan hermética como el PP madrileño, inquebrantable desde hace años en su apoyo a Esperanza Aguirre, brotan los primeros síntomas de descomposición: la desastrosa gestión de una macrofiesta que dejó cinco víctimas mortales y la repatriación de un asesor municipal que dejó en Cuba otros dos fallecidos han abierto las primeras grietas. El asunto del ático del presidente Ignacio González no ayudará seguramente a cicatrizarlas, si bien el presidente goza de respeto entre las bases.

Vozpópuli ha interrogado a varios miembros del PP y NNGG, algunos de ellos con cargos de responsabilidad en la región. Una gran parte de los consultados, la mitad, defiende a capa y espada la gestión del partido, cuya presidenta sigue siendo Aguirre. No así la gestión de Ana Botella: apenas hay quien defienda a la alcaldesa. “Todos los madrileños sabían que Botella iba de número dos y aun así dieron el 50% de los votos al PP”, defiende uno, solitario. El martes Esperanza Aguirre, lenguaraz como acostumbra, también protegió a la alcaldesa en Telecinco.

Al parecer, en las asambleas de Nuevas Generaciones abundan las críticas hacia la regidora. “La gente no para de hacer preguntas sobre Ana Botella”, cuenta un afiliado con un cargo menor en esta agrupación. La cascada de dimisiones que se han sucedido en el Consistorio va a conducir al partido al desastre, sostiene otro. Casi todos comparten la idea de que Botella no llegará a las municipales de 2015, si es que no se quema antes por el camino.

Las NNGG de Madrid predican un liberalismo a ultranza que supera al del hermano mayor, el PP. Por eso no han dudado en defender las primeras y polémicas medidas de Ignacio González en materia sanitaria, que han inundado las calles de la capital de protestas. En general, las bases entienden que el presidente prolonga las políticas de su mentora Esperanza Aguirre. También amparan el desembarco de Adelson y su megacomplejo de ocio y juego llamado Eurovegas y aplauden su pelea con el Gobierno Central. Ahora queda por ver si González sale indemne del asunto del ático que ayer reconoció haber comprado y por el que la oposición ya ha pedido su cabeza. También está coleando el tema del espionaje destapado hace ya tres años y archivado varias veces.

Finalmente, todos los cuadros han defendido a Ángel Carromero en público. Pero no en privado, especialmente los mayores del PP. Algunos no entienden que una persona que ejerce y cobra de asesor desde los 23 años pueda no ya ser puesto en libertad con tanta celeridad, sino recuperar su antiguo cargo, dotado con 50.000 euros anuales. Entre los interrogados por este medio, el caso Carromero suscita todo tipo de opiniones. Pero de lo que no hay duda es que el Partido Popular de la Comunidad no es el mismo antes de la dimisión de Aguirre, a finales de septiembre, que hoy.  

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