Tras oponerse al indulto de Ángel Carromero, la Audiencia Nacional ha dado carpetazo al principal sostén de éste, la teoría según la cual las muertes de los disidentes cubanos Oswaldo Payá y Harold Cepero en julio de 2012 fueron parte de un “asesinato de estado” perpetrado por el Gobierno de Raúl Castro. El juez Eloy Velasco ha inadmitido a última hora de la mañana de este lunes la querella presentada por la familia de Payá por “falta de competencia”.
El magistrado entiende que “el relato de la querella contradice la versión de los hechos declarados probados en la sentencia que condenó a Carromero en Cuba; sentencia que el propio Carromero aceptó, al igual que el Gobierno español”. Tras el accidente de julio del año pasado, el dirigente de Nuevas Generaciones y asesor en el Ayuntamiento de Madrid fue condenado a cuatro años de cárcel por “homicidio imprudente”, pero en enero de este año fue extraditado a España gracias a la labor del Ministerio de Exteriores.
En España, Carromero consiguió en tiempo récord el tercer grado penitenciario que le permitió abandonar en apenas unos días la cárcel; de ahí pasó a obtener la libertad condicional y a llevar una pulsera telemática, que todavía porta, así como a recuperar su puesto en el Consistorio madrileño. El pasado 4 de septiembre, la Audiencia le negó el indulto alegando que Carromero “hace una vida normal” con su actual estatus. Hoy el juez Velasco ha tumbado su segundo salvoconducto, asumiendo de paso el mismo criterio que la Fiscalía.
El juez defiende el convenio vigente con Cuba, “no constando en la querella reserva alguna contra su asentimiento ni por el condenado [Carromero] ni por la autoridad española”.
Carromero empezó a airear su teoría de la conspiración en marzo en medios internacionales como The Washington Post. Pero cuando se cumplió un aniversario de su accidente en el coche que él conducía, denunció ante varios medios el supuesto asesinato de Payá y Cepero. Su argumentario ha dado varios vuelcos: en una ocasión ha asegurado que les perseguía un coche rojo, y en otra que el auto era azul; también afirma que Payá llegó vivo al hospital cubano y que vio cómo le inyectaban algo a través de una jeringuilla.
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