Antonio Basagoiti ya anunció su intención de dejar la política tras las elecciones vascas del pasado 21 de octubre del año pasado. Los suyos le convencieron que aguantara toda la legislatura para dejar encauzados, al menos, los comicios locales de mayo de 2015. Pero una oferta laboral que le llegó a principios de este año con la cortesía de que tenía entre seis meses y un año para dar una respuesta, ha acelerado el proceso. El que fuera sustituto de María San Gil al frente de los populares vascos en un congreso donde se estuvo al borde de la fractura quiere dejar las cosas ordenadas y serenas, sin que se abran nuevas fisuras internas y ese es también el deseo de Génova.
Lejos de convocar un cónclave de carácter extraordinario para elegir a su sustituto la opción más plausible es la de Junta Directiva Regional, máximo órgano del partido entre congresos, según han indicado fuentes populares a este medio. No será la primera vez que se opta por esta fórmula. Fue la misma por la que se hizo el proceso de sucesión entre Francisco Camps y Alberto Fabra. ¿Sus ventajas? Pues que permite un proceso mucho más rápido y controlado que convocar una cita congresual, que exige un proceso de elección de compromisarios y el debate de, al menos, una ponencia estatutaria, lo que facilita también el camino de los sectores críticos del PP vasco, que los actuales dirigentes consideran capitaneados por el portavoz de los populares en Europa, Jaime Mayor Oreja, sector al que cabría sumar al también eurodiputado Carlos Iturgáiz, y al delegado del Gobierno en el País Vasco, Carlos Urquijo.
Desde el entorno de Basagoiti defienden que el actual equipo dirigente del partido fue respaldado por el congreso de los populares vascos hace ahora un año. Tiene por tanto un mandato de otros dos antes de celebrar un nuevo cónclave de carácter ordinario, por lo que no ven necesario abrir en canal el partido cuando ya hay un equipo legitimado por el voto de los delegados. Todavía no está decicido, sin embargo, si la persona que sustituya a Basagoiti debe ser alguien de transición hasta 2015 o, por el contrario, alguien que sea una apuesta a más largo plazo.
Los dos nombres que más se barajan son los del portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, o la ex presidenta de la Cámara vasca y líder del partido en Guipúzcoa, Arantxa Quiroga. Otros hablan también de Borja Semper, presidente del partido en Vizcaya, "que tiene un discurso fresco que nos permitiría conectar con más sectores sociales". Alonso, que ayer dijo que estará donde le mande su partido, es, sin embargo, una pieza demasiado valiosa en Madrid, donde le quiere tener la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Eso redunda a favor de las posibilidades de Quiroga, aunque la última palabra la tiene, como es de prever, Mariano Rajoy, con quien Basagoiti habló la pasada semana. El lunes lo hizo con la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, para anunciar que a lo largo de este año dejará el partido para volar a América a una empresa relacionada, con toda probabilidad, con el Grupo Santander.