El aparato convergente que vive todavía dentro de Junts está inquieto ante la inacción de Laura Borràs. La candidata del partido en las elecciones del pasado 14 de febrero todavía no ha presentado su baja como diputada en el Congreso, ni tampoco se ha postulado para presidir la Cámara autonómica ni como vicepresidenta de una nuevo Gobierno entre ERC y Junts.
A menos de 24 horas para que se celebre el pleno constitutivo de la nueva Cámara, los únicos que han movido ficha -además de ERC, PSC y CUP- son el sector de la extinta Convergència, que no quiere perder influencia dentro del Ejecutivo, sobre todo por lo que respecta al área Económica.
"Si Laura Borràs está en el gobierno deberá coordinar toda la parte de Junts del Ejecutivo, mientras que si está en el Parlament podrá tener agenda propia", explican las fuentes consultadas en Vozpópuli.
Desde los sectores más afines a Borràs, admiten que su presidenciable para el 14-F tiene un perfil poco apto para llevar la parte económica, que es a lo que aspiran como parte de la vicepresidencia. Y es precisamente de Presidencia y Vicepresidencia donde "cuelgan" la mayoría de asuntos que se deben repartir ERC y Junts.
Aunque dan por descontado un acuerdo entre independentistas, les preocupa la letra pequeña de este pacto: "Todo esto hay que negociarse, e incluye asuntos que pueden parecer banales pero son importantes, como las Delegaciones de la Generalitat en el territorio", añaden las fuentes consultadas.
Movimiento del contrincante de Borràs
Uno de los que ya ha movido ficha, en este caso para no perder el Parlament en manos de la CUP es Damià Calvet, consejero de Territorio y Sostenibilidad en funciones. Quien fuera el contrincante de Borràs en el proceso de primarias del partido para elegir candidato a la presidencia de la Generalitat se ve fuera del futuro Govern y ha movido ficha para postularse como presidente de la Cámara catalana, tal y como ha avanzado El Confidencial.
Calvet tuvo el apoyo de los presos del 1-O del partido de Puigdemont en el proceso de primarias. Su derrota ante Borràs, como explicó este medio, ya asestó un duro golpe a la estrategia de los condenados por sedición que, en su gran mayoría, forman parte del aparato convergente. Y ahora Calvet ha intentando recuperar parte del protagonismo perdido, pero sin mucha posibilidad de que prospere.
La CUP no está dispuesta a aceptar como presidente del Parlament a un dirigente de la extinta CiU. Si bien los anticapitalistas han presentado a su propio candidato para presidir la Cámara, Pau Juvillà, no hay nada cerrado y Junts presiona para que recaiga en ellos esta responsabilidad. El partido de Puigdemont solo se avendría a ceder la presidencia en caso de tener más peso en el Ejecutivo y ostentar el control de los medios públicos catalanes, como TV3 y Catalunya Ràdio.
Inacción de Borràs
Este vacío de poder dejado por Laura Borràs ha precipitado que otras corrientes del partido muevan ficha. Las fuentes consultadas no dudan de que su inacción obedece una estrategia, que es la de no sucumbir ante las presiones de la vieja guardia del partido que ahora ella lidera. Y en esta línea solo le acompaña Quim Torra, ya sin ascendencia sobre Junts.
Aunque Puigdemont desde Waterloo ya ha dicho que Borràs sería una gran presidenta del Parlament, el peso de las negociaciones entre ERC, Junts y la CUP no las está llevando Borràs. Todo lo contrario. La candidata de Junts ha optado por mostrar perfil propio visitando al rapero Pablo Hasel a la cárcel o personándose en Lledoners contra de la revocación del tercer grado a los presos del procés.
La candidata de Junts reivindica su papel más activista. Más allá de las responsabilidades que ejerza en la próxima legislatura, en su partido dan por agotado su liderazgo. Su más que probable inhabilitación por un presunto caso de corrupción cuando estaba al frente de la Institución de las Letras Catalanas no solo está condicionando la estrategia de la propia Borràs -que busca afrontar este proceso judicial con la mayor visibilidad pública posible- sino también al resto de altos cargos del partido. Saben que con o sin ella, su partido debe continuar luchando por la hegemonía del espacio nacionalista.
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