El avión argelino que este martes partió rumbo a España y dio media vuelta a mitad de camino para llevarse a Brahim Ghali tiene un extenso historial al servicio de las autoridades del país del norte africano. Se trata de una aeronave con capacidades medicalizadas que ya se empleó en 2019 para sacar rumbo a Suiza al expresidente de Argelia Abdelaziz Bouteflika. El episodio tuvo lugar en un contexto de grave crisis política y tensiones internas, con protestas en las que se exigía la dimisión de un presidente sobre el que pesaban las incertidumbres de su estado de salud y las quejas sobre su gestión. El traslado estuvo marcado por una fuerte polémica debido al hermetismo con el que se llevó a cabo.
El avión es un Gulfstream IV, fabricado por la estadounidense Gulfstream Aerospace Corporation. Es una aeronave birreactor que se emplea habitualmente para el traslado de autoridades o en el mundo de los negocios. Se puede adaptar para diferentes fines e incluso incorporarle recursos medicalizados; esas son las capacidades del avión que Argelia envió este martes rumbo a España para recoger al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali. Los controladores militares instaron a ENAIRE -gestor del espacio aéreo en España- a que le comunicase que debía dar media vuelta. Fue el primer intento de llevarse de vuelta a Ghali rumbo a Argelia este martes, después de su regreso definitivo desde Pamplona.
Las aplicaciones de rastreo de vuelo -como FlightAware- reflejan los detalles del trayecto frustrado. El avión con matrícula 7T-VPM partió en la mañana de este lunes desde el aeropuerto argelino de Boufarik y al llegar a Formentera dio media vuelta para regresar al mismo aeródromo del que partió. Apenas 51 minutos de recorrido y sin haber recogido al líder del Frente Polisario, tal y como estaba previsto. Brahim Ghali comparecía al mismo tiempo por videoconferencia ante un juez de la Audiencia Nacional.
La conexión Bouteflika
El avión tiene un historial destacado al servicio de las autoridades argelinas. El episodio más destacado tuvo lugar en 2019; como el caso de Brahim Ghali, también estuvo marcado por el hermetismo y una fuerte tensión política. Argelia latía al ritmo de las protestas que clamaban contra un quinto mandato de Abdelaziz Bouteflika, quien ocupaba la presidencia desde 1999 y aspiraba a la reelección en los comicios que se celebrarían ese mismo año. El estado de salud de Bouteflika era frágil. A sus 82 años lastraba las consecuencias de un derrame cerebral y la oposición cuestionaba sus capacidades para dirigir el país.
Bouteflika abandonó el país rumbo a Suiza en ese contexto de protestas. Lo hizo en hermetismo, para tratar ciertos problemas de salud, al tiempo que crecía la incertidumbre sobre el futuro inmediato del país. El avión que se empleó para su traslado fue un Gulfstream IV; el mismo que se envió este martes rumbo a España. El diario marroquí Le Desk detalla el historial del avión y su conexión con el expresidente argelino. Durante su mandato, la aeronave estaba al servicio casi exclusivo del líder político.
Abdelaziz Bouteflika regresó de Suiza a Argelia a bordo del Gulfstream IV en marzo de 2019. A los pocos días anunció la renuncia de su cargo bajo una fuerte presión nacional e internacional.
Sin prisión para Ghali
Brahim Ghali también lastra un estado de salud delicado. Llegó a España vía aeropuerto de Zaragoza y desde ahí se le trasladó en ambulancia a un hospital riojano, donde se recupera de las secuelas del coronavirus. De acuerdo al informe redactado por la Comisaría General de Información de la Policía Nacional, el líder del Polisario ingresó en el hospital bajo la falsa identidad de Mohamed Benbatouche y acompañado de dos personas de confianza.
Ghali declaró este martes por videoconferencia para rechazar las acusaciones de delitos relacionados con torturas y lesa humanidad. El juez Santiago Pedraz de la Audiencia Nacional declinó acordar su ingresó en prisión al considerar que “no puede apreciarse riesgo de fuga alguno”. Se le pidió, eso sí, un domicilio y un teléfono donde estar localizable.
La estancia de Brahim Ghali en La Rioja es uno de los elementos que marcan la crispación que atraviesan Rabat y Madrid, con la entrada masiva de casi 10.000 inmigrantes en Ceuta por vías irregulares como episodio destacado. El reino alauí -que además busca un reconocimiento internacional en su soberanía sobre el Sáhara- advierte de que una fuga precipitada del líder polisario sin rendir cuentas pendientes con la Justicia tendría consecuencias directas en las relaciones bilaterales con España.
No es la primera vez que saltan las alarmas por la presencia de un avión de Estado argelino coincidiendo con el ingreso hospitalario de Ghali. Como contó Vozpópuli, una aeronave militar del país mediterráneo aterrizó en Torrejón de Ardoz la semana pasada, levantando las sospechas en redes. Finalmente se debió al traslado de un grupo de altos cargos de las Fuerzas Armadas argelinas que llegaban a España para celebrar varias reuniones a alto nivel castrense.
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