La anulación de un procedimiento para comprar un velero de la Armada en sustitución del Aifos 500 -el que usa el rey Felipe VI en las regatas- suscitó una profunda polémica, toda vez que el PNV había protestado en días anteriores por el empleo de recursos públicos del Ministerio de Defensa a este fin. La renuncia, no obstante, estaría relacionada con la “reprogramación” de las necesidad más apremiantes de la Armada, que en lugar de esta embarcación ha propuesto la adquisición de más municiones, minas y artefactos explosivos, tal y como consta en un informe al que ha tenido acceso Vozpópuli.
La Armada abrió un procedimiento público el pasado mes de agosto para la compra de un velero de regatas que sustituyera al Aifos 500. Desde el cuerpo militar se justificó esta adquisición alegando que la enseñanza en la Escuela Naval tiene como uno de sus “elementos centrales” la formación marinera de sus alumnos, y que la vela es una “parte esencial” en esa formación, “al poner a los alumnos en contacto directo con el medio marino, permitirles conocer los rudimentos de maniobra y entender el comportamiento de las embarcaciones sometidas a los efectos de viento y corriente”.
Los informes que manejaba la Armada del Aifos 500 destacaban su antigüedad -fue construido en 2004-. La embarcación ha sido sometida a “pequeñas modificaciones” en dos ocasiones, pero la Armada considera que un nuevo procedimiento de renovación sería “muy oneroso”, y que su manejo “puede resultar altamente peligroso” debido al “nivel de esfuerzo” al que se le somete al casco durante la competición de alto nivel. Por esas razones recomendaban la adquisición de un nuevo velero.
Preguntas del PNV
Pero el procedimiento no pasó desapercibido para el PNV, ya que el Rey usa este mismo barco durante las competiciones de vela en las que participa. Así, los jeltzales registraron varias preguntas en el Congreso de los Diputados para obtener una respuesta del Ministerio de Defensa.
“¿Son propiedad del Estado los barcos de regatas que utiliza el Rey en competiciones privadas? ¿Es cierta la noticia que asegura que la Armada va a gastar 1,8 millones de euros para la construcción y compra de un nuevo barco de regatas con ese fin? ¿Considera el Gobierno que debe emplearse dinero público para costear una actividad privada del Jefe del Estado?”.
Estas preguntas se registraron el 1 de septiembre. Y ese mismo día, la Dirección de Gestión Económica de la Jefatura de Apoyo Logístico de la Armada emitía un escueto documento donde razonaba los motivos por los que se suspendía el procedimiento de compra: “Por cuestiones técnicas se suspende el plazo de presentación de ofertas”, rezaba dicho texto.
El informe de la Armada
Vozpópuli ha tenido ahora acceso a un nuevo informe, con el membrete de la Subdirección de Gestión Económica de la Armada, en el que se detallan las razones de la renuncia del procedimiento. Y éstas están basadas a la “reprogramación” de sus necesidades internas, priorizando la compra de municiones y explosivos frente al nuevo velero, llamado a sustituir al Aifos 500.
Se informa, en concreto, de que en fecha 7 de septiembre de 2023, el Almirante Jefe de Apoyo Logístico, recibió un escrito del Almirante Segundo Jefe de Estado Mayor de la Armada, en el que se solicitaba la anulación del expediente. Destacan que, “ante la necesidad sobrevenida de adquisición de munición” para dotar a las unidades que despliegan en el segundo semestre de 2024, es necesario “reprogramar” con “carácter de urgencia” los recursos destinados a otras unidades “de menor prioridad”.
Así, la Armada renuncia a la compra de un nuevo velero de competición, destinando la partida presupuestaria (1,5 millones de euros; 1,815 millones si se tienen en cuenta los impuestos) a la “reposición de municiones, señuelos, minas y artefactos explosivos”.
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