La presidenta del Congreso, Francina Armengol, ha justificado los pactos de investidura suscritos entre Pedro Sánchez y los independentistas como una consecuencia de la voluntad expresada por los españoles en las urnas el pasado 23 de julio. Durante su discurso en la solemne sesión de apertura de las Cortes presidida por el Rey, Armengol ha lamentado la "crispación, la polarización y el ruido" del que adolece el actual parlamentarismo y ha incidido en que "nuestra obligación con la sociedad es dar ejemplo desde la transparencia y el respeto".
La bancada del PP se ha abstenido de aplaudir las palabras de la presidenta del Congreso, al considerar que "se ha tratado de un discurso que no tiene precedentes" por su falta de neutralidad. "Señal de cómo va a ser la legislatura".
La defensa del nuevo Gobierno por parte de Armengol la ha llevado a asegurar que se trata de un Ejecutivo cuya conformación "ha necesitado de tiempo, diálogo, negociación y toma de decisiones" y que se sustenta sobre una "mayoría parlamentaria legítima" que "emana de la voluntad de los ciudadanos ejercida el 23 de julio".
En este sentido, ha advertido de los supuestos intentos de "distorsionar la realidad o cuestionar importantes valores democráticos, desde la opacidad de la disputa", algo que, añadió, "solo va a aumentar la desafección de la sociedad hacia las instituciones".
Las Cortes de León
Armengol ha hilado un discurso repleto de citas literarias y alusiones históricas al parlamentarismo, que parte de las primeras Cortes de León para significar que "aquella esencia transformadora debe seguir siendo nuestro faro" ya que "el debate es el medio adecuado para determinar el interés general, el bien común y la verdad compartida".
La presidenta del Congreso ha repasado también la situación de España al atravesar una pandemia y las consecuencias de la guerra de Ucrania, y también se ha referido al reciente conflicto de Israel en Gaza y ha sido clara al recordar las palabras que dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, cuando señaló que "en ninguna parte, un conflicto armado está por encima del derecho internacional humanitario".
En este sentido ha puntualizado que "el alto el fuego debe ser definitivo" y "la única arma, el diálogo".
La presidenta de la Cámara Baja también se ha referido a la necesidad de implicar al Parlamento contra la violencia machista y ha centrado su discurso en la importancia de las Cortes como "espina dorsal de una democracia".
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