España

Inés Arrimadas revienta Ciudadanos tras detectar un plan de deserciones masivas al PP

Inés Arrimadas ha provocado la voladura interna de Ciudadanos tras detectar una "OPA hostil del PP en toda España" a sus principales cargos, según informan fuentes de la dirección del

Inés Arrimadas ha provocado la voladura interna de Ciudadanos tras detectar una "OPA hostil del PP en toda España" a sus principales cargos, según informan fuentes de la dirección del partido naranja a Vozpópuli. El esperpento de Murcia no era el colofón esperado, pero tampoco algo que Arrimadas descartase por completo cuando dio luz verde a esta operación. Ciudadanos, que se encuentra en descomposición, ha perdido los gobiernos de Murcia y Madrid sin obtener nada a cambio en apenas 72 horas.

Sin embargo, lo ocurrido forma parte de una explosión propiciada en parte por la propia dirección de Ciudadanos. Las alarmas se encendieron con el caso de Lorena Roldán en Cataluña. Roldán se pasó al PP unas horas antes de que las candidaturas se hicieran oficiales y cuando estaba ratificada como número dos de la lista de Carlos Carrizosa para las elecciones del pasado 14-F.

Estas fuentes explican que el PP lleva más de un mes intentando reclutar cargos y dirigentes de Ciudadanos en toda España. Lo califican de "opa hostil" y en Ciudadanos creen que el patrón es similar al de Roldán. Es decir, el PP está, en palabras de la cúpula naranja, "comprando a gente de Ciudadanos" con el objetivo de hacer públicos sus fichajes en víspera de las elecciones, bien generales bien autonómicas.

"Estas personas se convierten en bombas de relojería para nosotros", dicen estas fuentes. "No podíamos permitirlo, porque esas salidas a las puertas de unas elecciones te matan".

Arrimadas, obligada a "moverse"

El objetivo de la voladura ha sido acelerar esas salidas. Arrimadas ha roto con la herencia de Albert Rivera. Y se propone, si las siglas resisten este terremoto, resituar al partido en un plano más próximo al centro izquierda que al centro derecha. O al menos, sacar a Ciudadanos del eje de la derecha para colocarlo en un plano que le permita pactar a izquierda y derecha.

El PP está, en palabras de la cúpula naranja, "comprando a gente de Ciudadanos" con el objetivo de hacer públicos sus fichajes en víspera de las elecciones, bien generales bien autonómicas

Por ello, dicen estas fuentes, era necesario "moverse", y que el electorado lo entendiera. Todo lo demás, dicen, era "asistir a nuestra propia muerte a cámara lenta". "Se trata de ver quiénes están en Ciudadanos y quiénes no", dicen. "Quiénes vinieron aquí porque nos iba bien y ahora se irán porque nos va mal. Es necesario si queremos darnos una oportunidad de sobrevivir".

Murcia ha sido el epicentro de esta batalla, que ha sido contra el PP pero también interna dentro de Ciudadanos. La sospecha de que los tres diputados que han descarrilado la moción, liderados por Isabel Franco, estaban ya en el PP era casi una certeza dentro del partido. "Impulsas una moción de censura que en parte es para acabar con ella (Franco) y aún así esperas que colabore", dicen otras fuentes naranjas sobre cómo era imposible que todos los diputados autonómicos colaborasen en esta empresa..

Aún así, Arrimadas envío al vicesecretario General, Carlos Cuadrado. Él consiguió que los seis diputados autonómicos de Ciudadanos firmasen la moción de censura. Otras fuentes acusan a Cuadrado de tácticas casi de guerra y de haber encerrado a estos diputados entre coacciones y amenazas. "Les han hecho firmar amenazados", dicen. "Y se han superado todos los límites".

Otras fuentes próximas a la dirección reconocen que seguramente no se han mantenido las formas. Cuadrado está en el ojo del huracán tras las elecciones catalanas y muchos líderes territoriales exigen su cabeza. El fiasco de Murcia hace casi imposible que siga en su puesto tras la ejecutiva extraordinaria que se celebrará el lunes.

Malestar de Aguado en Madrid

El efecto de Murcia también ha salpicado a Madrid con la convocatoria de elecciones el 4 de mayo. El malestar por lo ocurrido en la organización autonómica que lidera Ignacio Aguado es grande. De hecho, varios de sus seguidores han reclamado un Consejo General para debatir sobre lo ocurrido en las últimas horas. El consejo general es el máximo órgano entre congresos del partido naranja y cuenta con más representantes de Madrid que la Ejecutiva, que es feudo de Arrimadas.

A Aguado le ha sentado muy mal la entrevista de la presidenta de Ciudadanos en Onda Cero. La líder naranja ha evitado calificar al exvicepresidente madrileño como el mejor candidato posible para el 4 de mayo. A pesar de la tibieza de su respuesta, todo indica que Aguado repetirá como cabeza de lista de Ciudadanos en Madrid.

Arrimadas se enfrenta el lunes a la ira de la mayoría de sus compañeros, que no entienden lo ocurrido en la última semana. La dirección asegura que ha mantenido en secreto todo el plan para protegerlo. En ese sentido, recuerdan que la propia Franco está en el comité ejecutivo de Ciudadanos. "Si llegamos a debatirlo ahí, lo tendría el PP o la prensa al minuto", aseguran.

"Moverse o desaparecer"

La dirección de Arrimadas defiende que a pesar del evidente desastre que es lo mejor para el partido. Ciudadanos, dicen estas fuentes, necesita empezar de cero, romper con toda la herencia de Rivera. Y fijan como objetivo para su supervivencia no tanto Madrid, sino las próximas generales. La realidad a la que es enfrenta es a un partido, o lo que queda de él, que no entiende nada.

No saben por qué se intenta una operación tan arriesgada en un momento de debilidad máximo y tampoco entienden por qué no se exploran otras opciones antes: "Si tan convencidos estaban, Ciudadanos podría haber abandonado el Gobierno de Murcia y el Ayuntamiento y haber dejado al PP en solitario, pero no plantear de repente una moción de censura con el PSOE", explican.

Arrimadas pedirá comprensión a los suyos y también prometerá cambios. "Hay cosas que cambiar, seguramente es verdad que ha faltado mucha comunicación", dicen.

"Estamos convencidos de que hay espacio para Ciudadanos, pero había que moverse ahora para evitar una sangría de cargos en fuga al PP antes de las elecciones, porque eso sí que nos hubiera matada", dicen estas fuentes. "Con Rivera nos dislocamos el brazo el izquierdo y ahora tenemos que volver a colocarlo, y eso duele".

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