La visita de Inés Arrimadas este lunes al Parlamento catalán, en el tercer aniversario de las leyes de desconexión que promovió el independentismo, no sirvió para cerrar la crisis en Ciudadanos Cataluña por la elección de Carlos Carrizosa como cabeza de cartel para las futuras autonómicas. El partido decidió el 19 de agosto, en una reunión extraordinaria del Comité Ejecutivo, que dicha elección no pasase por primarias tras la renuncia de la candidata elegida por los afiliados en julio del año pasado, Lorena Roldán.
Después de rememorar aquellos días "muy negros" de 2017 promovidos por el secesionismo, en los que "sólo la unión de los demócratas permitió que no se salieran con la suya", la presidenta de Ciudadanos volvió a pedir una lista unitaria del constitucionalismo con el PP y el PSC.
"Aquel espíritu de unión y orgullo constitucionalista tenemos que mantenerlo vivo para seguir defendiendo lo mucho y bueno que nos une", enfatizó desde la sede del Parlamento catalán. Pero luego no hubo ningún gesto de acercamiento con los diputados naranjas que han recurrido el nombramiento de Carrizosa por entender que se han vulnerado los estatutos del partido liberal.
Este grupo de diputados del llamado sector crítico lo forman Carmen de Rivera, Sergio Sanz, Antonio Espinosa y María Francisca Valle, quienes junto a una veintena de cargos públicos en esta comunidad autónoma presentaron a finales de agosto una denuncia ante la Comisión de Garantías de Cs contra la elección de Carrizosa sin el aval de los afiliados. El texto cuenta ya con más de 80 adhesiones dentro de la formación liberal.
Arrimadas eligió un formato reducido para reunirse únicamente con los portavoces de Cs en las comisiones legislativas del Parlament. Se justificó esta opción por las limitaciones sanitarias que impone el coronavirus, al no haber una sala lo suficientemente amplia para meter a los 36 diputados con las obligatorias medidas de distanciamiento, según explicaron a este medio fuentes oficiales.
El encuentro, un "paripé"
El resultado fue, sin embargo, que ninguno de los cuatro críticos con la elección de Carrizosa pudo estar en la reunión interna convocada por Arrimadas. Entre los disconformes con el "dedazo" de agosto, se tildó de "paripé" este encuentro en el Parlament por querer dar una imagen "equivocada" de unidad. Junto a Arrimadas estuvieron en todo momento tanto Carrizosa como Roldán para reafirmar que no hay discrepancias desde la dirección nacional.
Se da la circunstancia de que a la reunión entraron diputados naranjas que hace tres años, cuando se produjo el desafío separatista, no tenían la condición de parlamentarios, mientras que los cuatro críticos sí que lo eran y cuentan con una larguísima afiliación desde la fundación del partido en 2006, de ahí que estos últimos no entiendan por qué se les excluyó de la misma si el objetivo era hacer balance de la legislatura.
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