Como es preceptivo, el Boletín Oficial del Estado (BOE) ha recogido este martes el cese de Artur Mas como presidente de la Generalitat de Cataluña, así como el nombramiento de su sucesor, elegido por el propio Mas ya que él no iba a pasar la votación, Carles Puigdemont. Hasta ahí todo normal, lo extraño viene cuando se escruta un poco más el documento. Lo habitual es que el escrito, que siempre va firmado por el rey Felipe VI, agradezca al político saliente su tiempo en el cargo. Un formalismo casi burocrático que, en esta ocasión, se ha preferido omitir. No hay esta vez reconocimiento a "los servicios prestados".
La frase tiene un valor meramente sinbólico y sin efectos legales. Es, por lo tanto, una concesión estética, no una fórmula que deba incluirse de forma obligatoria en esta publicación cada vez que cesa un cargo, pero curiosamente, es la primera vez que ocurre en el caso de un presidente autonómico que deja de serlo. Incluso Jaume Matas leyó estas letras estampadas en el BOE cuando cesó como presidente balear.
Es decir, la situación en Cataluña y lo ocurrido en los últimos cuatro años ha empujado a la Administración, habitualmente tan apegada a sus propias costumbres, a cambiar los usos habituales y, en este caso, no regalar a Mas ni un solo cariño de sobra. El presidente catalán es el primero al que, técnicamente, España no tiene nada que agradecer.
la respuesta de mas
El hasta hoy presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha dedicado parte de su discurso de despedida a agradecer la ayuda que ha recibido los últimos cinco años para afrontar el reto de ser president: "Yo sí que os agradezco los servicios prestados absolutamente a todos". Así se ha pronunciado en el acto de investidura de Carles Puigdemont en alusión velada al decreto del BOE que recoge su cese, donde se ha suprimido la frase "agradeciéndole los servicios prestados", habitual en estos casos.
El comentario de Mas ha levantado un largo aplauso de la mayoría de los presentes, que incluso se han levantado de sus asientos, aunque no han aplaudido ni el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, ni la delegada del Gobierno en Catalunya, Llanos de Luna.